Orgullosos. Tristes pero muy orgullosos. Los seguidores del Deportivo vaciaban Riazor con la cabeza alta pese al descenso de su equipo a Segunda División, categoría que el club coruñés no visita hace 20 temporadas.
Desde el último ascenso a Primera, el 9 de junio de 1991 frente al Murcia, Riazor ha celebrado una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas en 20 años donde el Deportivo miró a los ojos a los grandes de España y Europa. Este sábado, 21 de mayo de 2011, el remodelado estadio blanquiazul veía como el mejor ciclo de su historia se cerraba sin remedio.
La llegada a Coruña de Bebeto y Mauro Silva un año después del ascenso hizo soñar a una ciudad cuyo 'no va más' era jugar en Primera, ganar los derbis al Celta y dar algún susto en la Copa. Arsenio armó un equipo maravilloso ofensivamente como local, e insuperable defensivamente como visitante, para llegar a la última jornada de la 93/94 dependiendo de sí mismo para ser campeón.
Seis años después, ya con una Copa bajo el brazo, Riazor entonó el grito de campeones de Liga tras deshacerse del Espanyol con goles de Donato y Mackay, el hito más importante en la historia del Deportivo, a la par que enterraba en la memoria el fatídico penalti de Djukic.
Del Centenariazo a otro penalti
El 6 de marzo de 2002, día en que el Real Madrid celebraba sus cien años de historia, el mejor Deportivo que vio Coruña asaltó el Santiago Bernabéu para levantar su segunda Copa en el santuario madridista. Esta vez, además, con la repercusión que tuvo amargar el cumpleaños del club blanco.
El periodo dorado del Deportivo tocó techo dos temporadas después. El conjunto gallego, todavía dirigido por Javier Irureta, se plantó en semifinales de Liga de Campeones. El Oporto era el último escollo antes de viajar a Gelserkinchen. Un arbitraje demasiado casero en Oporto y un penalti transformado por Deco en Riazor ponían punto y final al cuento blanquiazul.fuente marca
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