uno apunta al cielo, las noticias son poco esperanzadoras de cara a animarse a ir al campo. Y para el que logre superar la pereza, que no espere un espectáculo. Habrá más barro que hierba. Si el análisis se dirige al Racing, cunde el pesimismo. La mala racha en Liga y la eliminación en Copa se suma a la visita del Deportivo, un rival que lleva sacando petróleo de El Sardinero durante 14 años consecutivos. Desde que perdió el 24 de febrero de 1996, ha encadenado seis empates y siete victorias. La última el pasado curso.
Pero en el bando gallego también hay más precaución que euforia. Lotina y sus muchachos saben que su buen momento de forma (tres victorias y un empate) se ve amenazado en Santander. Y no sólo por las bajas, sino por algo más crucial. Portugal se juega el puesto, de nuevo, y esa necesidad, que ya vivió el Depor hace unas semanas, suele hacer volar al necesitado. O, al menos, eso es lo que espera su afición. Una reacción que ya vio en los ultimátums anteriores en casa, en los que el Racing enmendó los tropiezos fuera y arrolló a tres adversarios de su liga particular (Zaragoza, Almería y Osasuna).
Las pizarras. Portugal volverá a demostrar que es amigo de cualquier doctrina menos de la revolución. Tras el caos ante el Levante sólo hará cambios obligado por las sanciones: Christian por Cisma y Lacen por Diop. Henrique y Francis se mantienen, al pesar más los recuerdos del pasado que los méritos del presente. El técnico también seguirá confiando en Rosenberg (tres goles) y Bolado (uno, en Copa) para superar la muralla del Depor.
Lotina, por su parte, es de otra pasta. Tras hallar el éxito con la defensa de cinco, con la misma rapidez con la que Portugal perdió crédito en el Bernabéu al utilizar ese dibujo, aporta una teoría curiosa: mejorar lo que funciona. Así, y a pesar de ganar al Málaga (3-0), meterá a Pablo Álvarez de inicio por Dioni, dejando a Adrián en punta. El estilo no variará. Total, al igual que el Racing, también juega en casa.
El césped estará pesado pero hay buen drenaje
Las últimas lluvias caídas en Santander amenazan el estado del césped. Esta semana se han replantado las áreas con tepes para mejorar su estado. Hay calvas en las que el barro hará acto de presencia y, como es lógico, según pase el partido se irá poniendo pesado el campo. Sin embargo, el drenaje de El Sardinero es uno de los mejores de la Liga. Por ello, el césped ha asimilado bien el agua y se podrá jugar bien.
