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miércoles, 21 de septiembre de 2022
DUELO DE LOS ENRACHADOS
Mario Soriano y Lautaro de León han marcado la diferencia en el Deportivo y el Celta B en las primeras jornadas del curso. Cada uno ha aportado a su equipo tres goles en las primeras jornadas de la temporada.
El centrocampista blanquiazul se ha destapado como goleador (ya había dado pistas en el playoff de ascenso) y sus goles se han convertido en cuatro puntos para el Deportivo.
Ante la Balompédica Linense anotó un doblete para remontar el partido y frente al Pontevedra aportó el del empate en la recta final del choque. Los dos goles llegaron en Riazor, como los del playoff ante el Linares y el Albacete. En tres partidos disputados ya ha anotado los mismos goles que en toda la fase regular del curso pasado.
A sus 20 años, Soriano ha dado un paso al frente... o dos. Uno en el terreno de juego, ya que está liderando al Deportivo en la faceta goleadora, compensando los goles que, por ahora, no han convertido los delanteros. Lo hace desde una posición diferente a la del año pasado, como mediapunta. Y el otro paso lo dio al regresar al club coruñés en propiedad tras una temporada de cesión en el conjunto deportivista. Tenía claro que quería regresar al Deportivo y lo consiguió.
Soriano es del año 2002, uno menos que Lautaro, canterano del equipo vigués, con el que ya ha debutado en Primera División (tuvo unos minutos ante el Cádiz en la jornada 13 de la temporada 2020/21). En Segunda B, el delantero uruguayo marcó cuatro tantos en 37 partidos. En Primera Federación lleva 30 encuentros disputados y ha marcado siete goles en cinco partidos (dos dobletes). La temporada pasada le metió dos al Real Unión de Irún y uno al San Sebastián de los Reyes y el Talavera de la Reina.
Esta campaña, ‘Lauti’ convirtió en los dos últimos encuentros que ha disputado el Celta B, ante el Córdoba y frente al Ceuta. En la primera jornada, frente al San Sebastián de los Reyes (derrota por 1-2), Miguel Rodríguez marcó el gol céltico tras un robo de Lautaro en tres cuartos de ataque. En ese partido tuvo el gol del empate, pero perdonó con un cabezazo en el área pequeña tras el intermedio.
Se sacó la espina dos jornadas después, frente al Córdoba, en los últimos instantes del partido con otro cabezazo que, esta vez sí, acabó en el fondo de la red después de un centro lateral.
La semana pasada, frente al Ceuta, Lautaro convirtió los dos primeros goles del filial del Celta. El primero, con una acción personal que concluyó con un disparo con la zurda al palo largo y el segundo, con un lanzamiento que tocó en un defensa y se convirtió en una vaselina imparable.