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jueves, 6 de abril de 2017

LA PORTADA DEL DXT


DEPOR QUERER Y NO PODER

Borges pelea en el medio del campo en una acción que se repitió hasta la saciedad durante todo el partido | quintana
Borges pelea en el medio del campo en una acción que se repitió hasta la saciedad durante todo el partido | quintana
El Deportivo no pasó del empate ante el Granada y demostró una vez más que desea, como todos los aficionados, que esta Liga acabe de una maldita vez. Salió a por el partido, como es lógico en Riazor y ante un rival como el andaluz, pero no fue capaz de mostrar argumentos colectivos para llevarse el choque. Errores, imprecisiones, malas elecciones y sobre todo nervios y una especie de desquicie colectivo marcaron esta nueva oportunidad perdida de sentenciar de una vez la permanencia.
Lo intentó Çolak en la primera ocasión de la que dispuso, a los pocos segundos de juego, con un disparo flojo que no dio problemas a Ochoa. Después de un pequeño intercambio de jugadas sin peligro el equipo visitante llegó muy claro, más por la pasividad de la defensa coruñesa que por su calidad, y dispuso de un remate con libertad para Wakaso, mientras Mel intentaba corregir a sus jugadores desde la banda.
Se equilibró de nuevo el choque, malísimo por parte de los dos equipos, con pifias por doquier, el Granada dando ‘estopa’ y el Depor intentando llegar a zona rival con algo más que redobles de tambor de Marlos Moreno, muy motivado, poco efectivo,  pero al menos asomándose al área granadina al comienzo del encuentro. Se notaba a las leguas que tanto el cuadro blanquiazul como los andaluces tenían los nervios a flor de piel ante lo que se jugaban.
Los minutos corrían en la primera parte sin que ninguno de los dos equipos propusiese algo más, mientras Riazor se preocupaba no solo por el juego, sino por la poca fuerza deportivista en un momento clave de la temporada.
Se cumplió la primera media hora con un cóctel explosivo de mal juego, imprecisiones y pocas ideas coruñesas. Con el Granada tomando poco a poco posiciones para llevar el partido a su idea de trabarlo y forzar una guerra de guerrillas en el medio del campo, buscando las contras como argumento y la dureza en las entradas para robar la pelota ante la anuencia de Del Cerro Grande, que casi no señalaba faltas. El choque era un bodrio en el que, además, el Granada aparecía de vez en cuando rondando la meta de Lux.
La ocasión menos mala del Depor llegó en un disparo de Andone en el 34 pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego. Pepe Mel había dicho en la previa que, al menos, había que igualar a los andaluces en intensidad pero los nervios atenazaron al Depor desde el primer segundo de juego.
Superado el 35 el cuadro coruñés trenzó un par de jugadas buenas, rápidas, llegando al área granadina con solvencia. En esta ocasión fue Del Cerro Grande el que propició el contragolpe visitante al no señalar una falta clara sobre Marlos. Cortó el Depor, volvió a atacar, pero Andone no llegó a un remate claro. Eran los mejores momentos de la primera parte. Los únicos. Con una levísima mejoría local y sin goles se llegó al descanso.
El juego se reanudó con el conjunto coruñés dispuesto a buscar el gol pero el Granada había ido cogiendo fuerza y plantó cara de salida. Incluso botó una falta directa Wakaso sin problemas, afortunadamente, para Germán Lux.
El Depor intentó jugar rápido, atacar con premura, pero esa ansiedad pasó factura casi a cada jugada. Más errores, más imprecisiones y más nervios del cuadro coruñés evidenciaban que la mente hacía que pesaran las piernas.
Mel dio entrada a Bruno Gama para buscar más profundidad en las bandas intentando desbloquear un poco el juego en el medio del campo pero el partido siguió trabado. El Granada despejaba todo lo que le llegaba al área mientras que Del Cerro grande mostraba casi a cada acción que es un colegiado tan poco fiable como lo era el Depor ayer.
El árbitro dejó sin señalar –al menos– diez faltas claras sobre los jugadores de la escuadra gallega. Mientras Riazor se desgañitaba animando a los suyos y demostrando que, una vez más, es lo mejor de esta temporada, el partido cruzaba la hora de juego con el Depor mejorando pero poco a poco y el rival dedicándose a conservar el empate. Un disparo de Juanfran, en el 66, rozó el palo tras coger un efecto endiablado. Estas acciones, a trompicones, propiciadas por rechaces y errores del rival, no bastaban al Depor para imponerse al Granada. Marlos tuvo dos opciones en ataque pero en las dos eligió mal, algo habitual en casi todos los jugadores en este partido.
El colmo llegó en el 76, cuando Borges lanzaba un penalti señalado por un derribo a Andone, lo detenía Ochoa y ni tan siquiera era capaz de llegar al rechace. El partido siguió igual de trabado y desquiciado hasta el final. El Granada no hizo nada para llevarse un punto de Riazor, pero el Depor no fue capaz de vencer a un rival con los argumentos de los andaluces. Ningunos. Que esto acabe de una vez... VIA IG.