El extremo logró su segundo tanto de la temporada quintana
El Deportivo se recupera del amargo sabor que dejó el empate ante el Granada, como mínimo, agridulce. Lucas Pérez analizó el 2-2 con el conjunto andaluz. Cuando él dejó el campo, la victoria estaba encarrilada. Pero en una jugada a balón parado al equipo de Víctor Fernández se le escaparon dos puntos y la diferencia de goles particular con un rival llamado a pelear por la permanencia con los deportivistas en la recta final del campeonato.
“El empate del partido ante el Granada vino de un balón parado, una serie de rebotes... Qué le vamos a hacer, es un empate y ya hay que pensar en el siguiente partido”, comentó el jugador blanquiazul, que restó trascendencia a los otros marcadores de la jornada para los equipos que también están en la situación del Deportivo, que ahora tiene dos puntos de ventaja sobre las posiciones de descenso.
“Tenemos que mirarnos a nosotros, no a los otros rivales porque la salvación depende de nosotros”, apuntó el futbolista del barrio de Monelos.
Lucas jugó su cuarto encuentro oficial con la camiseta del Deportivo en una temporada marcada por las lesiones. Primero fue un esguince de rodilla en pretemporada; después, aún antes de que la temporada empezara, sufrió una rotura fibrilar; y en octubre, con dos partidos en las piernas, regresó a la enfermería por una contusión en la rodilla que se le complicó.
“Intento hacerlo lo mejor posible, lo mejor que sé. El gol es lo de menos. Las sensaciones son buenas, lo más importante es que la rodilla aguante. Estuve sin dolor, bien, es una buena señal y estoy muy contento”, dijo sobre su recuperación. El extremo tiene que jugar con un aparatoso vendaje en la rodilla izquierda, pero al menos ha podido volver a competir después de haber sido sometido a tratamientos conservadores y sin necesidad de pasar por el quirófano.
Ante el Granada aportó al Deportivo el segundo gol, el que servía en aquel momento (recta final de la primera parte) para completar la remontada. Lo materializó en una acción en la que el brasileño Sidnei tuvo fe, robó el balón en el centro del campo, abrió a banda para José Rodríguez, recibió en el punto de penalti y, cuando se daba la vuelta para rematar forzado, llegó Lucas Pérez para cerrar la jugada con un remate con la zurda que superó al portero del Granada.
“El gol llega en una jugada rápida. Sidnei sale muy bien, con una jugada sensacional y es tan rápido que cuando te llega el balón sólo tienes que rematar. Sidnei no me reclamó nada”, bromeó el jugador, que no se lo pensó dos veces a la hora de rematar la acción sin esperar a que lo hiciera del defensa del Deportivo. Después, Lucas lo celebró con un abrazo con Alberto Lopo, y corrió hasta el banquillo, donde se fundió con los doctores Barral y Lariño.
“Es una alegría muy grande para los médicos y les estoy muy agradecido. A ellos y a los fisioterapeutas”, indicó el jugador ofensivo del Deportivo, que ha pasado semanas muy complicadas en los últimos meses.
“El empate del partido ante el Granada vino de un balón parado, una serie de rebotes... Qué le vamos a hacer, es un empate y ya hay que pensar en el siguiente partido”, comentó el jugador blanquiazul, que restó trascendencia a los otros marcadores de la jornada para los equipos que también están en la situación del Deportivo, que ahora tiene dos puntos de ventaja sobre las posiciones de descenso.
“Tenemos que mirarnos a nosotros, no a los otros rivales porque la salvación depende de nosotros”, apuntó el futbolista del barrio de Monelos.
Lucas jugó su cuarto encuentro oficial con la camiseta del Deportivo en una temporada marcada por las lesiones. Primero fue un esguince de rodilla en pretemporada; después, aún antes de que la temporada empezara, sufrió una rotura fibrilar; y en octubre, con dos partidos en las piernas, regresó a la enfermería por una contusión en la rodilla que se le complicó.
“Intento hacerlo lo mejor posible, lo mejor que sé. El gol es lo de menos. Las sensaciones son buenas, lo más importante es que la rodilla aguante. Estuve sin dolor, bien, es una buena señal y estoy muy contento”, dijo sobre su recuperación. El extremo tiene que jugar con un aparatoso vendaje en la rodilla izquierda, pero al menos ha podido volver a competir después de haber sido sometido a tratamientos conservadores y sin necesidad de pasar por el quirófano.
Ante el Granada aportó al Deportivo el segundo gol, el que servía en aquel momento (recta final de la primera parte) para completar la remontada. Lo materializó en una acción en la que el brasileño Sidnei tuvo fe, robó el balón en el centro del campo, abrió a banda para José Rodríguez, recibió en el punto de penalti y, cuando se daba la vuelta para rematar forzado, llegó Lucas Pérez para cerrar la jugada con un remate con la zurda que superó al portero del Granada.
“El gol llega en una jugada rápida. Sidnei sale muy bien, con una jugada sensacional y es tan rápido que cuando te llega el balón sólo tienes que rematar. Sidnei no me reclamó nada”, bromeó el jugador, que no se lo pensó dos veces a la hora de rematar la acción sin esperar a que lo hiciera del defensa del Deportivo. Después, Lucas lo celebró con un abrazo con Alberto Lopo, y corrió hasta el banquillo, donde se fundió con los doctores Barral y Lariño.
“Es una alegría muy grande para los médicos y les estoy muy agradecido. A ellos y a los fisioterapeutas”, indicó el jugador ofensivo del Deportivo, que ha pasado semanas muy complicadas en los últimos meses.
pasado en el rayo
Del Rayo Vallecano, tiene un recuerdo agridulce. Allí estuvo entre 2009 y 2011, cuando se marchó a Ucrania. “No me gustó la manera en la que salí, no contaban conmigo... pero es un club especial, es el que me puso en el escaparate y sólo tengo agradecimiento para ellos”, explicó antes de asegurar que en el caso de marcar, “no lo celebraría”.
Sobre su salida del Rayo, fue más concreto. “En mi segundo año de contrato con el Rayo tenía subir al primer equipo, pero no tenía la confianza de la directiva o el cuerpo técnico. Así que comencé la temporada en el filial, jugué con ellos y, después de cuatro meses, me subieron. Tuve continuidad, llegó el mercado de enero y me abrieron la puerta. El Rayo también ganó dinero. No sé que pasó con ese dinero por mucho que se dijera de mí. Y les estoy agradecido, aunque me hubiera gustado seguir allí. Ahora estoy en el Depor, que es mi casa”, relató.
El conjunto coruñés comenzó a preparar la visita al equipo madrileño, uno de esos rivales imprevisibles, capaz de conseguir cualquier resultado por la propuesta de juego que tiene su entrenador, el exdeportivista Paco Jémez.
“En los partidos contra el Rayo te puedes esperar de todo. Hace un fútbol atractivo. Pero me preocupa mi equipo, que salga con intensidad y ganas”, manifestó Lucas.VIA IG.
Del Rayo Vallecano, tiene un recuerdo agridulce. Allí estuvo entre 2009 y 2011, cuando se marchó a Ucrania. “No me gustó la manera en la que salí, no contaban conmigo... pero es un club especial, es el que me puso en el escaparate y sólo tengo agradecimiento para ellos”, explicó antes de asegurar que en el caso de marcar, “no lo celebraría”.
Sobre su salida del Rayo, fue más concreto. “En mi segundo año de contrato con el Rayo tenía subir al primer equipo, pero no tenía la confianza de la directiva o el cuerpo técnico. Así que comencé la temporada en el filial, jugué con ellos y, después de cuatro meses, me subieron. Tuve continuidad, llegó el mercado de enero y me abrieron la puerta. El Rayo también ganó dinero. No sé que pasó con ese dinero por mucho que se dijera de mí. Y les estoy agradecido, aunque me hubiera gustado seguir allí. Ahora estoy en el Depor, que es mi casa”, relató.
El conjunto coruñés comenzó a preparar la visita al equipo madrileño, uno de esos rivales imprevisibles, capaz de conseguir cualquier resultado por la propuesta de juego que tiene su entrenador, el exdeportivista Paco Jémez.
“En los partidos contra el Rayo te puedes esperar de todo. Hace un fútbol atractivo. Pero me preocupa mi equipo, que salga con intensidad y ganas”, manifestó Lucas.VIA IG.