Esta es la imagen que ha de encontrarse el Eibar en su visita al feudo deportivista este domingo a partir de las doce del mediodía Quintana
Hace unos meses le gustó a Vázquez un titular de este periódico. ¡Aguanta, Depor, aguanta! Es lo que toca de cara a los últimos y sufridos coletazos de la temporada. El equipo no se ha desinflado pero ha perdido algo de fuelle en tres partidos sin ganar. Se da la circunstancia de que la vez que más tiempo estuvo sin sumar de tres en tres en la presente temporada fue al final de la primera vuelta. Precisamente, tras ganar en Riazor al Alavés, perdió en Eibar y empató con Numancia, Jaén y Girona para volver a caer, al inicio de la segunda vuelta, ante la UD Las Palmas en Riazor.
Es evidente que repetir los números del primer tramo del campeonato no sirve para ascender entre los dos primeros. Hacen falta más puntos. Hay quien se apunta a que cuatro serán suficientes pero las cábalas no sirven. Lo estamos viendo en muchas ligas con espectaculares desenlaces finales.
Lo que necesita el Depor es ganar el domingo. Es la clave, el quid de la cuestión. El partido del Eibar (que no se le da nada bien al equipo herculino históricamente) es una necesidad, una final.
El conjunto coruñés debería, al menos, hacer los mismos puntos que en la primera vuelta. 36. Faltan 7 para sumar los 72 de los que, en estas mismas páginas, habló Fernando Vázquez cuando aún quedaban 14 partidos para el final del campeonato. Con estos parámetros el ascenso estaría garantizado. Vencer el domingo es la primera piedra. Si el Depor no gana, aún no siendo un problema al depender de sí mismo, los fantasmas del pasado volverán a hacerse visibles. Es necesario espabilar ya... Hay que mantener el orden, la calma, la intensidad (la famosa actitud, que se dice). Ha llegado la hora de jugarse el ascenso y, como no podría ser de otra forma, podría darse en casa, donde el equipo debe sumar los seis puntos en juego aún de manera maquiavélica. Cueste lo que cueste.
Lo que necesita el Depor es ganar el domingo. Es la clave, el quid de la cuestión. El partido del Eibar (que no se le da nada bien al equipo herculino históricamente) es una necesidad, una final.
El conjunto coruñés debería, al menos, hacer los mismos puntos que en la primera vuelta. 36. Faltan 7 para sumar los 72 de los que, en estas mismas páginas, habló Fernando Vázquez cuando aún quedaban 14 partidos para el final del campeonato. Con estos parámetros el ascenso estaría garantizado. Vencer el domingo es la primera piedra. Si el Depor no gana, aún no siendo un problema al depender de sí mismo, los fantasmas del pasado volverán a hacerse visibles. Es necesario espabilar ya... Hay que mantener el orden, la calma, la intensidad (la famosa actitud, que se dice). Ha llegado la hora de jugarse el ascenso y, como no podría ser de otra forma, podría darse en casa, donde el equipo debe sumar los seis puntos en juego aún de manera maquiavélica. Cueste lo que cueste.
un colchón menos mullido
Los tres encuentros sin ganar han pasado su factura en forma de puntos recortados por los rivales que vienen peleando en la estela del Depor, sobre todo por parte de la UD Las Palmas, un serio candidato para ascender de manera directa.
Hace tres jornadas, con la última de las tres victorias seguidas ante Castilla, Recreativo y Mallorca, el equipo de Vázquez se situaba la promoción a nueve puntos. En tres encuentros esta distancia se ha establecido en los cinco puntos, perdiendo más de uno por partido.
Esta ‘cuenta’ tan fácil indica, en el otro extremo de la interpretación, que ganando este domingo a buen seguro se recuperarán distancias, al menos con alguno de los rivales que pelean por acercarse a los blanquiazules.
Es necesario vencer, por encima de convencer. El entrenador y el equipo han intentado agradar al público de Riazor, buscando buen fútbol y jugadas de aplauso. Quizá por ello, en algunas ocasiones, se han perdido o empatado partidos que, de antemano, se suponían victoriosos. Es la hora de Riazor, del equipo espabilado, rápido, ágil, invulnerable, expeditivo. La hora del deportivismo. ¡Aguanta, Depor, aguanta! Ya falta poco para poder celebrarlo.VIAIG. @xalomonte
Los tres encuentros sin ganar han pasado su factura en forma de puntos recortados por los rivales que vienen peleando en la estela del Depor, sobre todo por parte de la UD Las Palmas, un serio candidato para ascender de manera directa.
Hace tres jornadas, con la última de las tres victorias seguidas ante Castilla, Recreativo y Mallorca, el equipo de Vázquez se situaba la promoción a nueve puntos. En tres encuentros esta distancia se ha establecido en los cinco puntos, perdiendo más de uno por partido.
Esta ‘cuenta’ tan fácil indica, en el otro extremo de la interpretación, que ganando este domingo a buen seguro se recuperarán distancias, al menos con alguno de los rivales que pelean por acercarse a los blanquiazules.
Es necesario vencer, por encima de convencer. El entrenador y el equipo han intentado agradar al público de Riazor, buscando buen fútbol y jugadas de aplauso. Quizá por ello, en algunas ocasiones, se han perdido o empatado partidos que, de antemano, se suponían victoriosos. Es la hora de Riazor, del equipo espabilado, rápido, ágil, invulnerable, expeditivo. La hora del deportivismo. ¡Aguanta, Depor, aguanta! Ya falta poco para poder celebrarlo.VIAIG. @xalomonte