André Santos, titular por primera vez en la temporada, controla el balón quintana
El Deportivo venció con toda justicia y merecimiento a un equipo de Champions en una noche en la que las buenas sensaciones regresaron a Riazor en el debut del nuevo entrenador.
La primera apuesta de Domingos Paciencia fue recuperar la titularidad para Dani Aranzubia. De salida, otro cambio evidente en la alineación con tres mediocentros, la ‘triple A’, Alex Bergantiños, Abel Aguilar y André Santos, aunque este último actuó más avanzado en el campo. La vanguardia quedaba para Bruno Gama, Pizzi y Riki.
El equipo saltó al campo con las líneas más juntas que en otras tardes, esperando al rival más replegado desde la medular. Las consignas eran claras, defender bien, no encajar y esperar para marcar en alguna de las ocasiones que se plantearan.
Tras ‘situarse’ sobre el césped de Riazor, poco a poco, el cuadro de Paciencia comenzó a mover la pelota y dispuso de dos jugadas de ataque en las botas de Abel Aguilar y Bruno Gama. El Málaga contestaba tímidamente pero pronto caía en la maraña deportivista que, desde la defensa hasta el medio del campo, sumaba más efectivos que el rival cuando éste salía con el balón.
Tras un intercambio de jugadas de ataque los blanquiazules comenzaban a manejar mejor el encuentro, con menos apuros, incluso, de los esperados en defensa y gozaba de las primeras ocasiones claras para marcar. A los 19 Bruno Gama se empotraba contra el portero. En el 31 Pizzi mandaba la pelota al palo en el lanzamiento de una falta. En el 34 era Riki el que no concretaba y, en el 39, Bruno Gama y Abel Aguilar disponían de dos opciones bastante nítidas para marcar. El Deportivo merecía adelantarse pero no lo conseguía.
Respondía el Málaga con un disparo de Eliseu y, en el 43, Aranzubia salvaba los muebles con un paradón tras un mal despeje de Abel Aguilar. Joaquín a punto estaba de poner por delante a los suyos, algo que sería injusto. Con el empate en el marcador se llegaba al descanso.
La actitud del equipo era otra y se notaba. Amén de que estuviesen mejor posicionados que en otros encuentros, la intensidad del Deportivo fue total en todo el choque.
Así comenzó el segundo acto, con los de Domingos manteniendo el rigor que el entrenador solicitara en la previa del encuentro. A los 50 minutos Riki pegaba un ‘uñazo’ que se iba fuera en otra buena ocasión herculina. En el 56 Pizzi no fallaba. Tras llevarse la pelota por la banda izquierda después de una acción equivocada de Gámez, el luso entraba por el flanco zurdo del área, amagaba hacia la frontal y Demichelis seguía la trayectoria pero un requiebro hacia el exterior dejaba fuera de la jugada al defensa y la pelota quedaba lista para el disparo con su pierna ‘buena’. De un disparo certero batía a Caballero. Golazo de Pizzi.
El Deportivo conseguía un gol 357 minutos después de que Riki, hace cuatro partidos, marcara el último ante el Betis. Lo más complicado estaba hecho.
Los blanquiazules no bajaron la guardia después del tanto sabedores de que el Málaga se volcaría en el ataque. Pellegrini ya había hecho un cambio tras el descanso al ver que su medio del campo perdía consistencia, dando entrada a Iturra. El técnico chileno buscó más poder ofensivo con jugadores como Buonanote y Saviola.
El equipo costasoleño metió al Depor en su área en los últimos quince minutos, contragolpeando los coruñeses en algunas ocasiones. Sacó oficio y casta para defender el resultado y aguantó hasta el final los envites del cuarto clasificado de la Liga.
El premio llegó rebasado el minuto 94, cuando Teixeira Vitienes señaló el final del choque y los tres puntos que dan oxígeno al conjunto blanquiazul. Nada está hecho, sólo es el comienzo, pero ayer se vieron muchas cosas positivas y muy pocas negativas. Justo lo contrario que hace unos días. Pero esa es otra historia, pasada. La que mueve al deportivismo es ésta, la de empezar 2013 con otra sensación.VIA IG. @XALOMONTE