Aspecto de las gradas de Riazor en el partido disputado por el Deportivo contra el Málaga. / 13fotos
SANTIAGO ROMERO A CORUÑA El Deportivo, un club histórico del fútbol español con títulos de Liga, Copa y Supercopa en su palmarés, una estructura accionarial repartida entre 22.000 pequeños propietarios y la mejor afición del país, afronta desde ayer uno de los retos más decisivos de su historia centenaria. La aceptación por la jueza Zulema Gento del concurso de acreedores solicitado por el club coruñés, obligado por el embargo total de Hacienda, es un primer paso esperanzador, al presuponer el Juzgado de lo Mercantil la viabilidad económica de la entidad blanquiazul. En caso contrario, es decir, si la documentación entregada por el club mostrase un estado de quiebra irreversible, la ley concursal establece la liquidación inmediata de la sociedad, a la que se le niega la posibilidad del proceso concursal.
El principal y forzoso objetivo de la solicitud de entrada en la ley concursal, evitada hasta ahora por el consejo de administración del Deportivo que pierde en esta nueva situación legal su autonomía en la toma de decisiones, es el de lograr el levantamiento del embargo de Hacienda, que le dejaría sin recursos para afrontar necesidades básicas como el pago a los jugadores de la plantilla y le abocaría seguramente al descenso y posterior desaparición. Otros clubes pudieron evitar ese mal trago. Es el caso de Osasuna, que con una deuda tributaria de 40 millones, evitó el mes pasado tener que dar el paso a la concursal gracias al generoso aplazamiento por la Hacienda foral del débito durante una década, algo que se le negó inflexiblemente al club coruñés.
El abogado y economista Francisco Prada, socio de la firma AD Creyx, a quien la jueza Zulema Gento ha encargado la administración concursal del Deportivo, reconocía el lunes tras su nombramiento que la salvación del club pasa por las negociaciones del consejo de administración del Deportivo con su acreedores, principalmente Hacienda y Novagalicia, más que por la acción de los administradores judiciales. "Nosotros no ponemos las soluciones, que el Deportivo salga adelante le corresponde al consejo de administración", afirma Prada. La llave de todo el proceso es la negociación con los acreedores, principalmente Hacienda y Novagalicia, de una quita y un aplazamiento razonable en el período de pago que no ahogue la viabilidad futura del Deportivo, como ha ocurrido con todos los demás clubes españoles que se han acogido a ya al proceso concursal, que son legión. Francisco Prada advertía en sus declaraciones que si ese acuerdo con los principales acreedores no se produce, "se entra en la liquidación y desaparición" del Deportivo. El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, aseguró días atrás en rueda de prensa que las expectativas para lograr ese acuerdo fueron siempre por buen camino con el banco gallego, pero que la intransigencia de Hacienda lo había frustrado.
Los seguidores del Deportivo, que han exigido públicamente para el Deportivo el mismo trato dado por la Agencia Tributaria al Celta cuando se acogió al concurso de acreedores en 2009, se preguntan por qué se le ha perdonado al club vigués la mitad de la deuda de 66 millones que tenía contraída y se le ha concedido una década para pagar el débito rebajado mientras que se acorrala al Deportivo. La respuesta está en la presión que la Agencia Tributaria soportaba en Vigo, con el apoyo incondicional de toda la prensa y las instituciones olívicas a un acuerdo salvador con Hacienda, mientras que en A Coruña, como han denunciado reiteradamente las peñas del Deportivo, la situación es diametralmente distinta. En círculos deportivistas se opina que este apoyo institucional que ha logrado salvar a otros clubes como el Celta cobra ahora una importancia decisiva con el proceso concursal ya en marcha y confían en que la tibieza cuando no el silencio sepulcral mostrados hasta ahora por las instituciones se transforme en el necesario apoyo en la hora de la verdad.
Como dejó claro el lunes el portavoz del administrador concursal del Deportivo, Francisco Prada, su labor se limitará a arrojar luz sobre la situación económica del club coruñés, detectar anomalías en la gestión si las hubiera y garantizar que el Deportivo cumpla los acuerdos firmados con los acreedores. Pero en sus funciones no se contempla salvar al club. De poco servirán los administradores si no se logra que Hacienda conceda al Deportivo las mismas facilidades que al Celta. El propio Francisco Prada lo admitía: "Es sabido que el Celta logró un acuerdo particular con Hacienda, que suele conceder esos aplazamientos". Pero esa tarea no corresponde a los administradores concursales, sino a la presión que el club, apoyado por sus seguidores y las instituciones, en virtud de la importancia económica y social que el Deportivo representa en la ciudad, sea capaz de ejercer. Como ocurrió en Vigo.via OC. @XALOMONTE
