De esta forma hablaba sobre una etapa de su vida en Coruña, de la que dijo "tengo muchas cosas que me unen al Deportivo de La Coruña. Allí jugué cinco años y conseguí cosas muy importantes. Mi familia, una de mis hijas y mi mujer, son de allí y mi residencia está allí. Le tengo un cariño especial al club, porque me trataron muy bien, pero ahora me toca defender los colores de otro equipo, en este caso el Córdoba. Así que será muy especial hasta que pite el árbitro, porque desde ese momento tengo muy claro lo que quiero que pase”.
Relató en sala de prensa el adiestrador sobre el conjunto albiazul que “el descenso fue un palo muy grande para el equipo y para la ciudad. Lo viví en primera persona porque estaba allí y sé de lo que estoy hablando. Pero estos accidentes pasan también en el mundo del fútbol y lo que tiene que hacer es recuperarse cuanto antes para volver a su categoría, que es su objetivo”. En cualquier caso, “el primer paso lo dio la afición, con sus veintitantos mil socios, que es una auténtica barbaridad y que ya en Primera es difícil tenerlos. Da muestras del sentimiento que este equipo despierta en La Coruña. Siempre ha estado arropado por una afición fantástica, que cuando peor pintaba para el equipo han sido los primeros en demostrar ser fieles a su equipo”.
No queda atrás en fidelidad y compromiso la hinchada de su actual equipo, que prepara un recibimiento a la altura de las circunstancias y el lustre del rival para el duelo: “todas esas iniciativas son buenas. El sábado, cuando salgamos al campo, estoy seguro de que nos vamos a encontrar el mejor ambiente de la temporada. Espero que sea un ambiente que se recuerde durante muchos años. Es un partido muy atractivo, porque no siempre se puede ver a un equipo como el Deportivo y a un Córdoba en la situación que estamos. Por eso las medidas de las peñas y de la afición nos llenan de orgullo y de satisfacción, y nos motivan. Te hacen sentirte mejor y a gusto, y van a influir en el rendimiento de los jugadores”.Fuente cordoba inf.@XALOMONTE
