El Deportivo ha perdido mordiente arriba y el cuerpo técnico blanquiazul trabaja para que sus jugadores recuperen el olfato goleador, importante, como la puerta a cero, para poder sumar puntos.
“Solo os voy a exigir una cosa, la que tengo en el área la tiro”, pidió Borja Jiménez durante los partidillos en espacio reducido, última tarea del entrenamiento.
Tres equipos
Los jugadores estaban dispuestos en tres equipos de siete integrantes cada uno, si bien uno de cada vez descansaba. Las escuadras se diferenciaban por petos. Con el rosa formaron: Menudo, Jaime, Trigueros, Noel, Bergantiños, Doncel y Villares. Mientras, el naranja era para: Juergen, Trilli, Calavera, Granero, Álvaro Rey, Miku y Héctor. Por último, el equipo sin peto lo formaron: Lapeña, Soriano, Yeremay, Rafa de Vicente, Aguirre, Alberto Quiles y William.
“Mirad al área cuando haya situaciones de uno contra uno”, exigió el técnico durante un momento de los partidillos. Con Pablo Brea y Alberto como respectivos guardianes de cada arco, tanto Borja como su segundo, Álex Martínez, se afanaron en pedir a los futbolistas que tuviesen entre ceja y ceja la portería. También advertía Borja Jiménez a sus jugadores: “No confundais ser rápidos con atacar rápido”.
Corta, pero intensa
El preparador quiso dejar claro a sus futbolistas lo que esperaba de ellos al inicio del entrenamiento de ayer, tras la jornada de descanso.
“El entreno va a ser muy corto pero quiero mucho ritmo, van a ser 50 minutos muy buenos”, comentó el míster al inicio del mismo. Este comenzó alrededor de las 10.50 de la mañana, con un calentamiento previo, dirigido por el preparador físico Luis Fandiño.
Seguidamente hubo los habituales rondos de pase con los jugadores dispuestos en diferentes grupos. Para finalizar la sesión los partidillos en espacio reducido.
Focalizados
“Máximo nivel de concentración, lo que os digo siempre”, aclaró Borja Jiménez sobre lo que esperaba de sus pupilos durante la tarea.
Al finalizar el entrenamiento, alrededor de las 12.15 horas, jugadores como Mario Soriano se quedaron efectuando disparos con Brea bajo palos por espacio de unos minutos, mientras el resto de sus compañeros estiraba en las esterillas, dando por zanjado el trabajo sobre el césped de Abegondo.
