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martes, 19 de mayo de 2020

LA PORTADA DEL DXT


BERGANTIÑOS DA LAS CLAVES

Álex Bergantiños comenzó la rueda de prensa virtual hablando de dónde estaba cuando el Depor ganó la Liga de 2000, que ayer cumplió su vigésimo aniversario..
“Era cadete y teníamos la final del campeonato gallego de fútbol sala con el Breogán. Recuerdo volver a toda prisa con nuestros padres para Cuatro Caminos, disfrutando y con el sentimiento que tenía toda la ciudad de que se nos debía el título, el destino, se nos escapó con el penalti de Djukic, lo merecía el club lo entendió así todo el fútbol”, recordó con emoción el capitán blanquiazul, quien abundo que “fue un gran mértito para una ciudad tan pequeña, un orgullo para el club”.
Álex confesó que se siente bien, adaptado a la situación, aunque no puede hacer una valoración del grupo. “Va evolucionando todo. Los primeros días venías con más miedo, respecto a como va a ser todo y ahora te vas adaptando a la realidad que estamos viviendo”.
“En cuanto a sensaciones todavía es difícil valorar porque no estás con todos los compañeros pero a nivel personal me encuentro mejor, además hemos estado trabajando. El equipo ha sido responsable en el confinamiento”, indicó.
Cuestionado por las lesiones, como la de Bóveda o ayer la de Mujaid, entiendo que “son sobrecargas de empezar a correr de manera diferente, poco a poco, soportando cargas para afrontar la competición, que va a ser muy intensa con muchos partidos en poco tiempo”.
Para Álex la clave inminente en el regreso a la competición es evidente: “el que mejor se adapte va a tener mucho ganado al principio”. “Todo va a ser distinto, te va a hacer estar desubicado, el equipo que esté más concentrado será el que más ventaja tenga en las primeras jornadas”, indicó; tenemos que estar “centrados en el juego”.
Vuelta a Abegondo
El regresar al trabajo ha sido un soplo de aire fresco, literal. “Nos libera mucho poder correr en nuestras instalaciones, en nuestros campos, sentirnos libres”, confesé el jugador que, como la mayoría de los futbolistas, ahora tiene todo más claro. “El principal problema es que la información no llegó clara a los jugadores y cuando lo hizo todo fue más fácil para comenzar a trabajar”. 
Bergantiños recordó que “hemos vivido algo impensable, lo que está pasando el país, esperemos que se vaya superando para regresar a una normalidad lo más cercana posible a lo que teníamos antes. El protocolo va cambiando sobre la marcha por la situación que vivimos, hay cosas que están en el aire que no se pueden saber”.
En cuanto al ejemplo de la vuelta de la Bundesliga, “en Alemania la cosa parece que está yendo bien, todos sabemos que no va a ser lo mismo, que los partidos van a ser muy diferentes pero hay que adaptarse a esta situación excepcional. Hay que hacerlo así para acabar las ligas. Lo importante es adaptarse lo antes posible al escenario, el equipo que se centre más en el juego va a ser el que más ventaja tenga en los primeros partidos”, incidó el capitán una vez más.
El coruñés finalizó manifestando su optimismo con respecto al rendimiento del equipo. “Con todas las incertidumbres que esto plantea, una situación nunca vivida, tenemos confianza de acabar bien la temporada”, concluyó Álex Bergantiños.

SE CUMPLE VEINTE AÑOS DEL TITULO DE LIGA QUE HIZO JUSTICIA CON EL DEPOR

El Depor fue un coloso. No hace mucho. Veinte años no es nada. Fue alternativa a los grandes. Les ganó y jugó mejor que ellos. El Depor dio a su afición unos motivos de celebración que muy pocos han paladeado. De hecho solo nueve clubes han alzado el título en España.
Y aunque no sirva para ascender o llenar las arcas, no ‘solo’ es un título. Es ‘el título’. Alimento del alma del deportivismo y, sin duda, es un enorme motivo de añoranza.
De la mano del presidente Lendoiro se había formado un equipo campeón que mereció el titulo en el 94. Sin duda. Pero el fútbol tiene sus arquivoltas en general, y, en particular, ya saben los deportivistas que si hay algún club al que pueda pasarle ‘de todo’, ese es el Depor. Después del penalti de Djukic parecía que el mundo se acababa, pero el club rehizo sus equipos y volvió a crecer. Tras una inflexión en la temporada 97-98 en la que se vio obligado a mirar hacia abajo, y no hacia arriba, se recuperó de la marcha de Rivaldo o el cese de Silva. El cambio en la política de fichajes con más producto nacional fue clave y el Depor volvió a hacer un equipazo.
Llegó el día
Y llegó la temporada 99-00 y llegó el día del campeonato. El equipo había ‘sprintado’ con siete victorias seguidas y mantenía su distancia en el final del torneo pero la victoria en Riazor, sin esperar cábalas en otros campos, a poder ser con claridad, ante un Espanyol inferior, parecía como una especie de obligación. Nadie quería sufrir.
Sólo se gozó. Casi al comienzo marcó Donato y a la media hora Makaay. Riazor cantaba el ‘campeones, campeones’ toda la segunda parte. La ola en las gradas, la gente entrando en el césped incluso antes de que acabara el partido. El banquillo del Depor estallando, como toda la ciudad, Galicia... Fue justo. Es un título que sigue brillando porque el RC Deportivo se lo mereció durante años.
Y es importante. Tanto, que uno de los himnos de Riazor dice: “Cómo me voy a olvidar que el Deportivo ganó la Liga. Cómo me voy a olvidar. Fue lo mejor que me pasó en la vida”. Haberlo vivido, ya no digamos disfrutado, no está al alcance de muchos clubes ni de muchas ciudades.

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