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lunes, 21 de octubre de 2019

LUIS CESAR: "EST0Y AHORA EN EL BARRO,EN EL FANGO,PERO CONOZCO EL HÁBITAT"

Luis César Sampedro, entrenador del Deportivo, encajó su segunda derrota en dos partidos y se mostró “preocupado” porque el equipo mostró “vulnerabilidad”.
“Fuimos vulnerables, nerviosos, tensos, jugando con unas sensaciones que uno tiene que preocuparse porque no sale como uno quiere. Me toca revisar rendimientos individuales, colectivos, por líneas, pero esto se arregla trabajando más y escogiendo mejor”, dijo.
“Hay mucho que corregir. No se vio el partido que queríamos. En unas cosas hemos mejorado, pero las tonterías se han convertido en ocasiones de gol. El Málaga ha ganado merecidamente, pero el 80 por cien de sus ocasiones son demérito nuestro y es donde tenemos que corregir”, apuntó.
El preparador gallego recordó su experiencia en situaciones similares. “Estoy ahora en el barro, en el fango, pero conozco el hábitat, sé manejarme en el barro y el fango, he estado muchas veces en descenso y vamos a salir. Mirando para otro lado y poniéndome triste no hacemos nada. No me gusta el barro, pero es lo que me toca, nada más”, apuntó.
También rescató lo positivo: ““Por momentos hemos batido sus líneas de presión. Es verdad que el último pase no ha sido eficaz, pero en la transición defensiva estuvimos mal y hemos concedido contragolpes muy sencillos. De una jugada de nada aparece una ocasión del Málaga, jugadas que se pueden resolver con facilidad se convierten en acciones de mucho peligro para nuestra portería”.
Luis César repitió el último once de Anquela: “No hago una alineación pensando en lo anterior, sino en lo mejor y no he acertado. No hay que dar bandazos ni ser un terco”. La solución pasa, dijo, “por tratar de ser más solvente” y admitió que no le “gustó el equipo”,.
“Tendremos que dar una vuelta a todo”, señaló el entrenador, que ve a la plantilla preparada para el barro. “Si miramos cada jugador, su trayectoria, han estado alguna vez en el barro. ¿Que no esperaban estar en esta situación? Seguro, pero hay que tirar de memoria, han salido en otras veces y hay que apretar los dientes. Estamos en la tercera semana de octubre y queda mucho que andar pero cada vez la clasificación incomoda más si no eres capaz de vencer”, admitió.
Luis César, que vio “lagunas de concentración”, aseguró que no se conforma con la permanencia: “No es el objetivo del Depor, para nada. Hay que saber navegar en aguas complicadas”, sostuvo.

HUNDIDO EN LA MISERIA

El Depor se hunde en sus propias miserias incapaz de mejorar de manera clara, sin fútbol, sin ideas, sin una pizca de buena suerte. Se esperaba mucho de este partido, una especie de punto de inflexión pero no hizo sino agravar una crisis tremenda. El Depor es colista a tres puntos de la salvación.
Luis César debutó en Riazor con el once esperado, recuperando a jugadores que se suponen importante para el plantel, como Gaku, Montero, Mollejo. Un saque de banda larguísimo de Luis Hernández era rematado por Adrián González a los tres minutos de partido enseñando que el Málaga venía a aprovechar sus oportunidades. Un error de la zaga puso en pie a Riazor a los seis minutos. Los blanquiazules defendían muy atrás en el inicio del encuentro y el Málaga dominaba, replegándose rápido cuando el Depor intentaba una contra.
Se notaba a las leguas el estado de excepción que viven ambos equipos por los errores pero, sobre todo, por la falta de confianza. Riazor silbaba a los diez minutos cuando Sadiku se marchaba por el lateral del área coruñesa, disparando sobre el poste que cubría sin problemas Dani Giménez. Los errores en la salida de la pelota de los centrales o los mediocentros eran aprovechados por los andaluces ante la exasperación de la grada. Son fallos ‘antiguos’ que todos quieren ver desaparecer.
El conjunto galaico no llegaba a portería. El Málaga poco, pero evidentemente más que los herculinos. Además, los andaluces se encontraban cómodos defendiendo los ataques tímidos de los coruñeses. El choque, malo, impropio de dos escuadras que se suponen de las mejores del campeonato, estaba más donde quería el Málaga.
Pero en el Depor sí había una mejoría. El plantel sabía ‘estorbar’ más al rival que en otras ocasiones. Con apoyos y un posicionamiento para defender con criterio, después de los primeros minutos de miedo, el equipo parecía que se iba sacando la presión y econtrándose mejor. Todo era lógico en este encuentro.
Incluso la forma de frenar una salida del Málaga. Con el equipo coruñés atacando, botando córners, en una acción, superada la media hora, el cuadro gallego evitaba una acción a la contra de los andaluces que, posiblemente en otra tarde, hubiera representado más que una jugada cortada por la buena defensa coruñesa.
De todos modos no fue suficiente esta pequeñísima mejora con respecto a lo anterior. El rival estaba interpretando mejor el partido. En una segunda contra del Málaga, clavada a la primera, que el Depor cortaba ‘in extremis’, Riazor se cabreaba al grito de ‘échale huevos’. La paciencia hace tiempo que dejó que existir en el feudo blanquiazul. Meses.  El partido iba siendo menos tedioso pero, aun así, se daba por normal que algún deportivista se quedase dormido en la grada en una pesada digestión.
En el minuto 42 llegaba el 0-1. El Málaga, que hasta ayer había anotado siete goles, marcaba de córner, a balón parado. Tras una prolongación de Luis Hernández, Villanueva, libre de marca, hurgaba en la herida del equipo blanquiazul.Con este resultado y una sonora pitada en el camino de vestuarios de los jugadores, se llegó al descanso.
En la reanudación, el Málaga salió dispuesto a marcar y tuvo dos ocasiones clarísimas, seguidas, con una gran acción de Cristo. Dani Giménez, con sendos paradones, evitaba el tanto costasoleño.
Luis César miraba ya al banquillo buscando un ‘plan b’. El equipo necesitaba un revulsivo después de la ocasión malagueña que habría supuesto casi la sentencia prematura al choque.
El Málaga había salido a meter miedo al Depor, como hacen todos los equipos desde hace tiempo, en Riazor o fuera. Siempre ‘van a por el Depor’ porque los rivales saben de la enorme debilidad que tiene el equipo en estos momentos.
Había que dar respuesta, como fuese, pero había que atacar. El equipo despertó en el 55, se fue a por la meta de Munir y arrinconó al cuadro de Sánchez del Amo.
ENFADO
Riazor no aguanta más y lo demostró con un final lleno de protestas
Riazor aplaudió esos momentos en los que el Depor, la verdad es que no hacía nada del otro jueves, pero por lo menos hacía ‘algo’.
En el 64 los del VAR debieron haber estado tomando algo en el bar, porque ni tan siquiera avisaron de una clara mano en el área deportivista que hubiera supuesto un penalti para los coruñeses. A perro flaco todo son pulgas, y eso que eran los mejores momentos del equipo.
El entrenador coruñés buscó más poder ofensivo con Christian Santos y Jovanovic, a los que dio entrada en el terreno de juego. Quedaban 20 minutos para la heroica, para los ‘arreones’.
Sadiku perdonó la vida al Depor en el 78, cuando se plantó solo delante de Dani después de perder la pelota en el medio del campo. Un minuto después pudo repetir el equipo malacitano y segundos más tarde, Longo. El partido se había abierto como un melón. O empataba el Depor o recibía el segundo.
Y fue lo que pasó. Un error del que nunca falla, Dani Giménez, provocó un mal despeje de cabeza, hacia atrás, para que Sadiku anotase el 0-2, sentenciando el partido y al Deportivo. El choque acabó al grito de ‘Carmelo vete ya’ y ‘directiva dimisión’. Riazor ya no aguanta más y ayer lo demostró mientras el club sigue en el infierno.