“Hay días en los que el equipo está y otros
en los que desaparece”. Palabra de Juanfran que se cumplió en Anoeta.
Otro pésimo partido del Deportivo a domicilio, incapaz de presentarse
con peligro en campo contrario, flojo en defensa. La undécima derrota de
la temporada como visitante fue por la mínima, pero el resultado podía
haber sido más abultado. El equipo parece darle la razón a su lateral
derecho, que hace días dijo en una entrevista que tal vez haga falta “un
cambio de rumbo” en la plantilla. Por lo visto esta temporada, sí.
Se ha escuchado numerosas veces en la caseta (y en otros estamentos) que
están capacitados para cotas mayores, pero el verde no se cansa de
quitarles la razón. Si no es cuestión de actitud, tal y como defendió
Mel en su análisis del partido, entonces solo puede entenderse por
ineptitud. Un problema futbolístico que solo quedó amortiguado esta
temporada en dos momentos: cuando Babel y Andone andaban enrachados (el
5-1 de la Real Sociedad fue el momento más álgido) y cuando el cambio de
titularidad en el banquillo reactivó lo suficiente a la plantilla para
dejar encaminada una permanencia que va camino de batir la de la
temporada 2014-15 (35 puntos) y que está solo justificada por el pésimo
nivel de los últimos clasificados.
San Sebastián fue otro de esos bodrios a los que se ha acostumbrado la
afición deportivista. 640 kilómetros para ver un remate (tímido y
centrado) del Deportivo entre los tres palos en 90 minutos. Vale que
enfrente estaba la Real Sociedad, un equipo que está llamando a la
puerta de Europa con un centro del campo que teje fútbol y equilibra y
un ataque versátil y que muerde.
Mel había insistido durante la semana en que el equipo no permitiera un
partido de ida y vuelta en Anoeta y no se rompiera. Efectivamente, eso
lo consiguió. Faltó todo lo demás. Regresaron al once Albentosa, Álex
Bergantiños, Çolak, Fayçal y Andone. Lo positivo, las paradas de Germán
Lux y poco más en un equipo claramente superado por su rival a pesar de
la escasa diferencia en el marcador.
Empanada inicial
El Deportivo salió como en Mestalla (después de dilapidar un penalti y
de que le anularan un gol) y en el Sánchez Pizjuán. La diferencia es que
a la Real le faltó acierto. Treinta segundos le llevó a Xabi Prieto
acercarse por primera vez al arco de Lux con un remate de cabeza. En los
primeros cinco minutos, el equipo de Eusebio volvió a asomarse con otro
disparo del centrocampista y con un jugadón (pared incluida dentro del
área) que ridiculizó a toda la cobertura coruñesa.
La empanada deportivista no fue rentabilizada por la Real. Que el 0-0 se
mantuviera en el marcador después de quince minutos de monólogo txuri
urdin era la mejor noticia para los de Pepe Mel. Incluso más positivo
que el hecho de que Borges conectara de cabeza un centro de Fayçal en un
saque de esquina a los 19 minutos (único remate del Depor, y por fuera,
hasta el descanso).
Era cuestión de tiempo que la balanza se inclinara hacia el lado
donostiarra. Yuri colgó el balón desde la banda izquierda sin oposición,
Albentosa lo vio pasar por encima y Sidnei permitió que Willian José
(experto cabeceador) se anticipara en el salto para anotar el único
tanto del partido, el undécimo que marca el brasileño, a quien el pasado
verano se le relacionó con el Depor. La Real, tras el Madrid, es el
equipo que más ve puerta con la cabeza.
Sin noticias de Fayçal, Çolak, Kakuta y Andone en lo que a juego y
ocasiones se refiere, el Deportivo regresó del vestuario con el mismo
once. A Mel parecía valerle. Cambió de idea cuando Willian José rozó el
segundo y una pérdida de Juanfran (que luego enmendó) evidenció los
peores síntomas deportivistas. Ya había entrado Ola John por Kakuta
cuando el árbitro no vio un penalti de Albentosa a Oyarzabal. Lo mismo
habría dado, porque el equipo se mantuvo en sus trece de no crear salvo
cuando a Ola John le dio por querer fabricar todo él solo.
Con opciones
Sin saber muy bien cómo, el Deportivo llegó al último cuarto de hora de
partido vivo y con opciones de sumar en Anoeta. Quizás por eso hasta se
animó a acercarse a la portería de Rulli. No tuvo que emplearse en un
remate de Sidnei y le bastó con quedarse en su posición, centrada, para
atajar otro de Borges, el único del Depor entre los tres palos. Minuto
85:20, para que no pierdan tiempo si quieren verlo repetido. Justo antes
de que Canales estrellara un zurdazo en el poste. En fin, que el Depor
ni siquiera se acordó de disparar con los pies y que el Sporting fue el
único de sus perseguidores que puntuó esta jornada. Los asturianos, a
ocho puntos, son la única amenaza. Menos mal.VIA IG.