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domingo, 24 de octubre de 2010

LENDOIRO Y SU DEPOR

















Les sitúo. 26 de noviembre de 1999. Junta de accionistas del Deportivo de la Coruña. Se aprueba que el presidente de la entidad reciba como remuneración el 1% del presupuesto del club -este año es de 55 millones de euros, el menor de las últimas temporadas-. Para ello fue necesario modificar el artículo 30 de los estatutos de la SAD, aprobados en 1991. En ese artículo, titulado 'Remuneración de los consejeros', se decía originalmente lo siguiente: «La remuneración correspondiente a los Administradores se destinará única y exclusivamente a cubrir la fianza o garantía a que resultan obligados en virtud de lo dispuesto en el artículo 13 del R.S.A.D. En ningún caso obtendrá beneficio alguno por el desempeño de sus cargos».
Aquel 26 de noviembre, con el 30,5% del capital representado, la junta aprobó una nueva redacción del artículo 30 (por 366 votos en contra, 17. 804 a favor y 153 abstenciones) para introducir el abono de un sueldo al Presidente del club. Desde 1999, Lendoiro habría cobrado como presidente más de mil millones de las antiguas pesetas..., aunque él se defiende diciendo que «yo estuve 40 años sin cobrar de ninguna actividad deportiva».
Y es que Augusto César Lendoiro (Corcubión, 1945) es conocido por ser presidente del Dépor, pero no es el único club deportivo que ha presidido ya que cofundó el HC Liceo, de hockey sobre patines, y durante su mandato llevó al club gallego a hacer historia y a ganar varios campeonatos de España, Europa y del mundo.
También es poco conocida su incursión en la política. Pero en 1987 fue elegido concejal del ayuntamiento de La Coruña por el Partido Popular. Fue senador (1989-1990), diputado en el Congreso (1993-1995), candidato a la alcaldía de La Coruña en 1991 y 1995 y presidente de la Diputación de La Coruña (1995-1999) -se llevaba mal con el anterior alcalde de La Coruña Francisco Vázquez Vázquez, que luego fue embajador en el Vaticano-.
Oscurantismo
Sus detractores critican su oscurantismo en materia económica y su resistencia a renovar las estructuras internas del club; en cambio sus defensores recuerdan que cogió al Dépor al borde de Segunda B en 1988 y lo llevó a los títulos y los paseos triunfales por Europa.
La etapa dorada del Súperdepor se vivió a partir de los fichajes de Mauro Silva y de Bebeto a quienes Lendoiro hizo creer, para que ficharan por el Dépor, que el clima de Galicia era muy similar al de Brasil... Gracias a ellos y a los Makaay, Fran, Djukic, Donato, Djalmina, Valerón, el mejor Tristán y tantos y tantos futbolistas el once gallego llenó unas vitrinas hasta entonces vacías con una Liga (con Irureta en el banquillo), dos Copas, tres Supercopas y varias participaciones en UEFA Champions League.

ENTREVISTA A ARANZUBIA














¿Tenía alguna duda sobre su propio estado de forma hasta la semana pasada?
Sobre mi hombro, ninguna, pero uno siempre tienes respeto a los primeros encuentros en las pretemporadas y yo no había jugado ni un amistoso. Los partidos siempre son distintos a los entrenamientos. Las sensaciones del año anterior quedaban un poco lejos. Le tienes que ir cogiendo el truco a las distancias, las velocidades y la toma de decisiones, pero me sentí bien contra Osasuna.

¿Así que las primeras sensaciones fueron positivas?
Tuve algún pequeño fallo, como una salida en la que me deslumbró el sol, pero lo que cuenta es que cuando el árbitro señaló el final, la portería estaba a cero.

¿Notaba en la calle las ganas de que había de que volviera a jugar?
Sí. Tenía la sensación de que mucha gente pensaba que igual se iban a solucionar todos los problemas cuando yo volviese, pero se vio claramente que el problema no era Manu.

Casi siempre se echa de menos al que no puede jugar.
Sí. Yo era consciente de que no era ningún salvador, ni mucho menos, pero siempre agradezco que la gente crea en mí. Notaba que los aficionados tenían confianza en mí y ganas de que volviese, pero siempre supe que el problema no estaba en la portería.

¿Cómo veía desde fuera la mala racha del equipo?
Cuando juegas, es duro ver al equipo abajo, pero cuando estás lesionado y no puedes ayudar de ninguna manera, sientes impotencia. En el campo se ven las cosas de diferente manera. La situación es complicada, pero por lo menos ahora tengo la sensación de que puedo hacer algo.

¿La Real Sociedad puede ser un punto de inflexión?
Sí. Tarde o temprano tiene que llegar esa victoria y espero que sea en Anoeta. Los tres puntos nos darían ese impulso que necesitamos.

¿Qué tipo de rivalidad hay entre el Athletic y la Real Sociedad?
Hay de todo. Hay quien la considera sana y quien cree que es una rivalidad pura y dura, como puede haber entre el Deportivo y el Celta. Quizás estos últimos años se ha perdido un poco, al estar la Real Sociedad en Segunda, pero siempre es un partido esperado.