Cada vez me cuesta más iniciar las crónicas una vez llego de Riazor, cada vez me cuesta más describir las sensaciones que emanan tras un partido de fútbol, y cada vez me cuesta más definir a un equipo sin fútbol y lo más preocupante de todo, sin alma.
Yo no sé si Victor Fernández se debe de ir, o no, no sé si la directiva debería dejar de meterse en jardines de los que les cuesta salir, lo único que sé es que actualmente nuestro equipo está a la deriva y la afición (único baluarte este año) está empezando a partirse en dos por temas extradeportivos.
Lo que está claro es que algo tiene que cambiar, todos los equipos de abajo han cambiado algo (habitualmente el entrenador) y nosotros seguimos igual. Esta noche ha sido la gran actuación de Kameni, pero cada semana siempre hay una excusa (árbitro, lesión, equipo contrario, errores) que nos acerca peligrosamente al abismo de segunda.
Y empezó el depor bien, combinando hasta que Kameni le realizó un penalti a Postiga que él mismo paró a Cavaleiro con rechace incluido. Y más adelante sacó una buena mano a Postiga en una situación peligrosa dentro del área. Y de ahí al gol del Málaga pasaron un par de minutos. Error de Fabricio en el despeje que Darder finaliza desde 30 metros cogiendo por sorpresa al portero deportivista.
Y, lo peor estaba por llegar. El deportivo achuchó la segunda parte contando con tres claras ocasiones de gol que desbarató Kameni, pero no cuenta con la convicción suficiente para alcanzar la victoria.
Es cierto que el Málaga no mereció la victoria, pero también es cierto que el Deportivo no cuenta con confianza ni intensidad en muchos tramos del partido. Y eso, en nuestra opinión, es tarea del entrenador.
Esperamos estar equivocados, pero si no se toman determinadas decisiones en diferentes ámbitos, consideramos que nuestro sueño de primera no se prolongará en la siguiente campaña. VIA STADIO SPORT.
FORZA DEPOR