M. CARRO| A CORUÑA El Deportivo regresa esta mañana a los entrenamientos con el mal sabor de boca de la última derrota en Vallecas, la tercera consecutiva, y con la preocupación lógica de verse por primera vez en la temporada en puestos de descenso. Los triunfos del Granada (1-2 en Mallorca) y del Athletic de Bilbao (1-0 ante Osasuna) sitúan al equipo coruñés en la antepenúltima posición de la tabla, con 6 puntos, solo por delante de Osasuna (4) y Espanyol (2). Una situación que empieza a ser inquietante, sobre todo teniendo en cuenta el calendario inmediato al que tendrá que hacer frente el conjunto de José Luis Oltra, con la visita del Fútbol Club Barcelona al estadio de Riazor (sábado 20, 22.00 horas) y el desplazamiento a Balaídos.
Es el momento de reflexionar y corregir errores con la esperanza de levantar de nuevo la cabeza cuanto antes. Tiempo habrá durante las próximas dos semanas, ya que el domingo no habrá jornada debido a los partidos de las selecciones nacionales. El parón servirá para hacer borrón y cuenta nueva tras un inicio de curso en el que el Deportivo empezó dando motivos para el optimismo, con el triunfo ante Osasuna (2-2) y el meritorio empate en Valencia (3-3), para luego atascarse en una cuesta abajo que de momento parece no tener fin.
Primero dejó salir vivo al Getafe de Riazor (1-1) y después perdonó la sentencia en Granada, donde acabó cediendo un nuevo empate (1-1) tras desperdiciar varias ocasiones claras. Se mantenía invicto tras las primeras cuatro jornadas, todo un logro para un recién ascendido, cada vez más cargado de confianza tanto por resultados como por sensaciones. Pero entonces, cuando parecía que el equipo ya se había adaptado a la perfección a la nueva categoría, empezó el bache. El Deportivo se encontraba cómodo y quiso ser valiente ante el Sevilla. Lo pagó con una derrota (0-2) que puso de manifiesto las carencias defensivas del equipo coruñés, que volvieron a quedar de manifiesto en las visitas al Santiago Bernabéu (5-1) y el pasado fin de semana en Vallecas (2-1).
Tres derrotas consecutivas y seis jornadas seguidas sin vencer han empujado al Deportivo a los puestos de descenso. El campeonato no ha hecho nada más que empezar y todavía hay tiempo para reaccionar, pero urge que sea lo más pronto posible. Tumbar al Barcelona parece una misión imposible, y más teniendo en cuenta cómo está el equipo coruñés, pero el enfrentamiento ante el equipo catalán sí podría servir para ir recuperando poco a poco sensaciones, más allá de cuál sea el resultado, de cara al desplazamiento a Vigo.
La visita a Balaídos siempre es una fecha señalada en el calendario y podría marcar un antes y un después. De hecho, la pasada temporada el triunfo en el derbi de la primera vuelta, que tuvo como escenario Riazor (2-1), relanzó al equipo de Oltra y le hizo creer más firmemente en sus posibilidades. Un año después, el esperado choque ante el Celta tendrá de nuevo una enorme importancia para el Deportivo, inmerso en una profunda crisis de identidad. via OC. @XALOMONTE