EUGENIO COBAS | A CORUÑA
El partido más loco de la temporada en Riazor se decidió en un
alarde de lucidez, el que tuvo Colotto en el minuto 89 para ajustar su
remate lejos del alcance de Juan Carlos. No se puso nervioso en boca de
gol. Controló, levantó la cabeza y se acomodó el balón a su pierna
izquierda para firmar el definitivo 4-3. El tanto del argentino puso en
su sitio al Elche, que igualó hasta en tres ocasiones un marcador
adverso, y activó la cuenta atrás para el ascenso. Definitivamente está
en marcha y a estas alturas ya no hay quién la pare. Con 13 puntos sobre
el Celta, tercero, el Deportivo acaricia ya su objetivo a falta de ocho
partidos. La afición coruñesa, la mejor de España según la Liga de
Fútbol Profesional, se marchó del estadio haciendo cábalas sobre cuántas
jornadas sobrarán para garantizar matemáticamente el regreso a la
elite. Aún faltan puntos por sumar, pero a este paso el Dépor pronto
cruzará con éxito la meta.
Y eso que ayer sufrió para amarrar
los tres puntos ante un rival incómodo y que supo responder de inmediato
a cada uno de los tres primeros goles locales. El que abrió el marcador
lo firmó Valerón al aprovechar un buen servicio de Bruno Gama desde la
derecha (m.5). Al Dépor se le ponía el partido de cara a las primeras de
cambio, pero siete minutos después Ángel se encontró con el empate al
culminar una jugada embarullada en el área. El 1-1 dejó aturdido al
líder, que tardó en ser el de costumbre en Riazor. Tuvo mucho el balón,
pero sin la misma claridad de ideas que otras veces. El Elche se sentía
cómodo. Tanto, que por momentos fue capaz de llevar la iniciativa en la
zona de creación, donde Generelo abarcó mucho campo.
Sin
demasiada profundidad ni amplitud de bandas, el líder tuvo que recurrir a
los disparos lejanos y al balón parado para generar algo de peligro.
Una vaselina de Guardado, un cabezazo de Zé Castro a la salida de un
córner y una falta directa lanzada por el mexicano al larguero fueron
las mejores aproximaciones coruñesas hasta el descanso. El Elche llegó
menos, aunque Mantecón obligó a Aranzubia a estirarse para evitar el
1-2.
Al líder le quedaba todo el segundo tiempo para armarse de
paciencia en busca de un segundo gol. Con lo que no contaba era con
tener que marcar otros tres para lograr la victoria. Valerón, a pase de
Juan Domínguez, estuvo a punto de ver puerta nada más comenzar la
segunda mitad. El Deportivo parecía otro, mucho más creativo en ataque.
Sobre todo porque trató de asociarse, con El Flaco y Juan Domínguez
bajando a recibir el balón, y también porque ensanchó el campo, con
Bruno Gama y Guardado muy incisivos. Entre ambos cocinaron el 2-1.
Centro del mexicano desde la izquierda, control del portugués y remate
cruzado y potente, imparable para Juan Carlos (m.55).
De nuevo
la ventaja le duró poco al líder, que dos minutos después veía cómo
Ángel firmaba de cabeza el segundo en su cuenta particular. Aranzubia,
que también es humano aunque a veces no lo parezca, embolsó el balón con
sus manos pero acabó colándoselo él mismo entre sus piernas. Otro
mazazo al que respondió Bruno Gama con el 3-2 desde fuera del área. Esta
vez parecía que la ventaja iba a ser definitiva, pero solo fue un
espejismo que duró tres minutos, los que tardó Albacar en devolver la
igualdad de falta directa. Locura de partido, y nueva bofetada al líder.
Con Xisco ya en el campo y Borja de improvisado central en
lugar del lesionado Zé Castro, a Oltra le quedaba solo un cambio para
acabar de prender la mecha en ataque. Y esperó hasta el 85 para hacerlo:
Salomão en lugar de Álex Bergantiños. Más velocidad y desequilibrio en
busca de la victoria. Sin embargo, el Deportivo generó peligro sobre
todo a balón parado. Primero, una falta ensayada que casi da sus frutos.
Puro trabajo de laboratorio en el que solo falló la definición. En vez
de buscar el disparo directo, Valerón habilitó a Lassad, quien solo ante
Juan Carlos voleó demasiado alto. Faltaba quemar el último cartucho,
como una semana antes en Vigo. Esta vez no fue una falta lateral sino un
córner el que dio lugar al gol de la victoria. El balón quedó muerto a
los pies de Colotto, quien definió con temple y precisión, como si fuera
un nueve, para activar definitivamente la cuenta atrás hacia el
ascenso.fuente OC.@XALOMONTE