LA AFICION NO FALLA EL DEPOR SI

El Deportivo perdió esta tarde ante el Levante (0-1) y está a tan solo dos puntos de los puestos de descenso. Obviamente, perder un partido entra dentro de lo admisible. Lo que no tiene justificación es la manera de caer. Tras una semana en la que entrenador y jugadores se hartaron de destacar la importancia del partido y de reclamar más que nunca el apoyo de la afición, el equipo mostró en Riazor la misma cara que suele mostrar fuera de casa. La de un equipo que ni hace fútbol ni parece tener ganas de hacerlo.
Tras empatar ante el Madrid, Lotina se atrevió a decir en rueda de prensa, ni corto ni perezoso, que si Riazor animase siempre como ante los blancos, el equipo tendría diez puntos más en la clasificación. Como siempre, ayer se demostró que el míster, muchas veces, está mejor callado. Porque ayer Riazor respondió, y el Dépor no. Así de simple y así de triste. Lo cierto es que el día de ayer, totalmente soleado, permitía a los coruñeses realizar infinidad de planes. Pese a ello, Riazor registró una de las mejores entradas de la temporada. La afición tenía claro que lo que había en juego era lo suficientemente importante como para renunciar al resto de opciones para pasar la tarde. Pero la actitud de los jugadores no fue acorde a la de la grada.
El Dépor se mostró como un equipo plano, sin ideas, con el único fichaje invernal que puede jugar en el banquillo (Pepe Sand) y comentiendo errores de prebenjamines. Con esa actitud, da igual que enfrente está el Levante o el filial de la Gimnástica de Torrelavega, con todos los respetos, porque lo normal es perder.
Solo Aranzubia mantuvo el tipo. El Levante pudo sentenciar en la primera parte, pero Nano, Caicedo antes de lesionarse y Stuani, su sustituto, no fueron capaces de aprovechar sus oportunidades. Aranzubia o la divina providencia paracían argumentos suficientes para mantener un punto, que tampoco era la panacea.
El Levante marcó en una falta, ejecutada por Rubén Suárez, en tiempo de descuento. Pero no se engañen. La de ayer no fue una derrota cruel. Fue una derrota merecida de un equipo que puede seguir en Primera, pero parece que no quiere.fuente xornal