Si el Depor fuese una bodega su caldo de más alta gama, su gran reserva, sería Lucas Pérez. Está en el punto óptimo de su carrera, en el momento justo, tras una temporada en la que solo por el mal final colectivo no se plantó en mayo con más de 20 goles en la Liga. Y los goles, como los grandes reservas, se pagan.
Tanto el delantero como el Depor saben que el final del mercado marcará el futuro de Lucas. Hay tranquilidad, y no debe ser de otra forma. Si se queda en el equipo coruñés habrá que celebrarlo por todo lo alto. Si sale es porque la entidad ganará muchísimo después de la inversión realizada y también será bueno para un club que ha de seguir buscando ingresos hasta ‘debajo de las piedras’.
Lucas, que como siempre está teniendo un comportamiento ejemplar acorde con el que también muestra el club herculino, se dedica a entrenarse, a ponerse a punto, y deja que sea el mercado el que diga dónde estará. Ahora mismo la opción del Barcelona vuelve a ganar fuerza y es desde la ciudad condal (y no desde A Coruña) donde cada día la prensa maneja su nombre como cuarto delantero tras Messi, Neymar y Luis Suárez.
Si alguien piensa que estos titanes del balón van a acongojar a Lucas es que, simplemente, no lo conocen. Es un trabajador nato, incansable, hasta perfeccionista en muchas cosas, y si tiene que ser en el Barça, será.
Pero el tiempo pasa, y el Deportivo aumentará la exigencia en este tramo final de la pretemporada. Como necesita capacidad de reacción solicitará a la escuadra que venga a por el delantero su cláusula, 20 millones de euros, una cantidad que el Barcelona puede pagar con los ojos cerrados.
Aunque se hablaba de un movimiento global, Vietto al Barça, Gameiro al Atlético y Lucas al Sevilla, una vez que hispalenses y colchoneros han ‘cambiado cromos’ con los dos delanteros antes mencionados y con el Villarreal (que también preguntó por Lucas) habiendo fichado a Pato, queda un puesto vacante por cubrir en la delantera culé y una de las opciones -absolutamente confirmada- es la de Lucas Pérez. En caso de que no se llegase a buen puerto en la operación con el Barcelona, hay otras escuadras en Europa que también le quieren, tanto en la Premier como en las Ligas francesa, italiana y alemana, pero también una oferta de renovación que, a tenor de la capacidad del Depor a nivel económico, significa mucho.
Lucas lo sabe. De hecho la comunicación entre el jugador y el presidente es muy buena, tienen una sintonía común en la que se encuentran cómodos y se sienten bien. Así que tampoco hay que desdeñar que la primera fiesta de la temporada sea porque el de Monelos siga en Riazor.
De cualquier manera y pase lo que pase, el sentimiento de cariño que en la ciudad hay con Lucas, el mismo que él demuestra cada día, es el garante de que todo saldrá bien para todas las partes. Desde luego, es lo que todos se merecen.VIA IG.
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