22 agosto 2015 Entrenamiento del Depor en el estadio de Riazor
El proceso de crecimiento trazado por el actual Consejo de Administración del RC Deportivo pasa por hacerse en propiedad con el estadio de Riazor, que el Ayuntamiento de A Coruña cede cada temporada al club por un simbólico precio de un euro.
El presidente, Tino Fernández, desea negociar con los regidores coruñeses para que el club pueda beneficiarse con una adquisición que sería histórica y que permitiría la explotación total de uno de los edificios más emblemáticos de la urbe de Marineda.
Naturalmente, los proyectos de futuro se asientan en la estabilidad económica que el club conseguiría si otro año más logra quedarse en Primera División.
La directiva blanquiazul confía en que el presupuesto de la entidad pueda crecer entre 5 y 6 millones de euros en el curso 16-17, fecha en la que se acometería el desafío de intentar adquirir la casa del deportivismo.
En la reunión del pasado 2 de julio en las dependencias de María Pita entre el presidente deportivista Tino Fernández y el alcalde Xulio Ferreiro a buen seguro que se trató esta posibilidad futura, además de establecer convenios como los de la reparación y embellecimiento de las gradas de Riazor, que han tenido que ser sufragadas en su mayoría por el propio club.
La adquisición del estadio de Riazor se trata de un viejo anhelo por parte del deportivismo, y es que el anterior presidente, Augusto César Lendoiro, lo intentó en varias ocasiones.
Sin embargo, sus deterioradas relaciones con María Pita impidieron de raíz que pudiese fructificar una operación muy interesante desde el punto de vista económico para el Deportivo, que daría un paso adelante más que notable para volver a competir por otros objetivos que los actuales.
El actual Consejo de Administración tiene también en mente encontrar un ‘macropatrocinador’ que le preste su nombre al estadio; sin embargo, el aspecto vetusto que presenta el templo del deportivismo —a pesar del ‘lifting’ realizado en verano— dificulta hasta el momento que las empresas potentes se fijen en Riazor como una apuesta en firme de márketing.
Cada vez más saneado a nivel institucional gracias a la nueva directiva y a la impenitente fidelidad de su afición —llegará en breve a los 25.000 abonados—, el club herculino anhela seguir progresando; el próximo año, el reto estará encima de la mesa. El Ayuntamiento coruñés tendrá que decidir si tiende su mano al club deportivista.VIA IG.
El presidente, Tino Fernández, desea negociar con los regidores coruñeses para que el club pueda beneficiarse con una adquisición que sería histórica y que permitiría la explotación total de uno de los edificios más emblemáticos de la urbe de Marineda.
Naturalmente, los proyectos de futuro se asientan en la estabilidad económica que el club conseguiría si otro año más logra quedarse en Primera División.
La directiva blanquiazul confía en que el presupuesto de la entidad pueda crecer entre 5 y 6 millones de euros en el curso 16-17, fecha en la que se acometería el desafío de intentar adquirir la casa del deportivismo.
En la reunión del pasado 2 de julio en las dependencias de María Pita entre el presidente deportivista Tino Fernández y el alcalde Xulio Ferreiro a buen seguro que se trató esta posibilidad futura, además de establecer convenios como los de la reparación y embellecimiento de las gradas de Riazor, que han tenido que ser sufragadas en su mayoría por el propio club.
La adquisición del estadio de Riazor se trata de un viejo anhelo por parte del deportivismo, y es que el anterior presidente, Augusto César Lendoiro, lo intentó en varias ocasiones.
Sin embargo, sus deterioradas relaciones con María Pita impidieron de raíz que pudiese fructificar una operación muy interesante desde el punto de vista económico para el Deportivo, que daría un paso adelante más que notable para volver a competir por otros objetivos que los actuales.
El actual Consejo de Administración tiene también en mente encontrar un ‘macropatrocinador’ que le preste su nombre al estadio; sin embargo, el aspecto vetusto que presenta el templo del deportivismo —a pesar del ‘lifting’ realizado en verano— dificulta hasta el momento que las empresas potentes se fijen en Riazor como una apuesta en firme de márketing.
Cada vez más saneado a nivel institucional gracias a la nueva directiva y a la impenitente fidelidad de su afición —llegará en breve a los 25.000 abonados—, el club herculino anhela seguir progresando; el próximo año, el reto estará encima de la mesa. El Ayuntamiento coruñés tendrá que decidir si tiende su mano al club deportivista.VIA IG.
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