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lunes, 14 de enero de 2013

UN EMPATE MUY MERITORIO



| Actualizado 14 Enero 2013 - 01:31 h.
 el centrocampista portugués del deportivo luís miguel alfonso, "pizzi" (i) celebra con sus compañeros el gol que ha marcado a la real sociedad   . efe/juan herrero
el centrocampista portugués del deportivo luís miguel alfonso, "pizzi" (i) celebra con sus compañeros el gol que ha marcado a la real sociedad . efe/juan herrero
 El Deportivo sacó un meritorio empate de uno de los campos más complicados de la Liga. Los de Paciencia tuvieron que emplearse a fondo en defensa por la expulsión de Evaldo, que cuajó un partido demasiado flojo para la exigencia del plantel en estos momentos. Hasta la expulsión el equipo visitante dio siempre la sensación de que podría ganar, pero quedarse con diez condicionó el planteamiento y obligó al técnico a ‘amarrar’ un punto.
1. el empate, al final de la primera parte- Una verdadera pena el haber encajado un gol en los minutos finales de la primera parte cuando se ganaba por 0-1. Además fue falta de contundencia.
A los tres minutos Zé Castro mandaba alto, de cabeza, a balón parado. Riki disparaba sobre la portería rival segundos después. Respondía la Real con una ocasión de De la Bella tras una salida de Aranzubía que le dejaba el balón para un tiro a puerta con el meta riojano batido. La pelota se iba fuera. A partir del minuto diez el equipo donostiarra presionaba y dominaba mientras los herculinos defendían con toda la contundencia posible.
Poco a poco el Deportivo fue sacudiéndose la intensidad realista y pasó a la acción. André Santos y Riki probaron fortuna en el 15 y, diez minutos más tarde, dos buenas jugadas de ataque morían por el exceso de pases. El premio al dominio de los de Paciencia llegaba en el 26. Álex Bergantiños robaba la pelota, Riki se llevaba a su marcador, el canterano habilitaba para Pizzi y el luso batía por alto y bien colocado a Bravo.
Con el 0-1 la Real se volcó de nuevo en el área coruñesa. Primero Agirretxe, en un balón colgado desde un lateral, enviaba la pelota a la cruceta de la portería de Aranzubía. A los 37 un gravísimo error de Evaldo facilitaba un ataque realista que desbarataba el portero riojano. Cuando no perdonó la Real fue en el 44. Una pérdida de balón era aprovechada por Carlos Vela para batir desde el lateral del área pequeña a Aranzubía y colocar el empate en el marcador. Con este resultado se llegaba al final de los primeros 45 minutos. Fue un jarro de agua fría, porque el equipo coruñés había lanzado 11 disparos a puerta por cuatro de los donostiarras y se estaba planteando el partido de manera correcta. La segunda parte se antojaba abierta.
2. el equipo renuncia al ataque - La expulsión de Evaldo en el minuto 63 condicionó el encuentro ya que el equipo coruñés renunció por completo al ataque para mantener el resultado.
La Real salió con ganas en al reanudación. A los 46 minutos ya probaba suerte el conjunto de Montanier. Respondía Bruno Gama con un disparo que detenía el meta local en dos tiempos. Entonces comenzaba un rosario de tarjetas en el medio del campo, con muchos balones perdidos, con los jugadores de ambos equipos llegando tarde y con poco fútbol de los dos contendientes. Maniobró primero Paciencia y dio entrada a Assunçao pro Jesús Vázquez. Después, en el minuto 62, refrescó la delantera con la entrada de Oliveira por Riki. Se preveía a un Deportivo buscando el gol de la victoria pero, en el 63, una expulsión tan rigurosa como innecesaria de Evaldo daba al traste con los planes del preparador portugués. De hecho, dos minutos después agotaba los cambios haciendo debutar a Sílvio y retirando a André Santos para jugar con Nélson Oliveira en punta y dos líneas de cuatro jugadores entre el ataque y la portería.
Y a remar. La Real comenzó a acosar al Deportivo, hasta el final, y los herculinos a achicar el agua de la nave como podían. A los 65 Griezmann la mandaba alta, a los 75 paraba Aranzubía a disparo, de nuevo, del francés, a los 79 era Carlos Vela el que probaba fortuna. Las embestidas eran constantes.
Sin embargo, y así es el fútbol, en el minuto noventa a punto estuvo el Deportivo de conseguir el tanto que hubiera supuesto la victoria. Un balón de Oliveira impactaba en uno de los defensas donostiarras y cogía tal efecto que la trayectoria pasaba de la línea recta a la parábola. Con el meta vasco batido la pelota se iba encima de la portería.
El equipo coruñés defendió hasta el final, con uñas y dientes. Casi no atacó desde la expulsión y consiguió un meritorio empate, a tenor de las circunstancias, que lo coloca ‘en la media’ en los últimos encuentros. Ahora, a Pamplona. Una batalla más en esta durísima guerra.via IG @XALOMONONTE

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