REDACCIÓN A CORUÑA Unión y compromiso pidió la Federación de Peñas para ayudar al Deportivo en este momento de dificultad. Su llamamiento para que la afición convirtiera Riazor en una bombonera fue un éxito rotundo. La gente acudió fiel a la cita con su equipo y no dejó de animar. Desde los prolegómenos del encuentro, en el que los aficionados formaron un multitudinario mosaico, el estadio se convirtió en un hervidero de deportivismo.
Los Riazor Blues mostraron una gran pancarta recordando la final de la Copa del Rey de 1995, en la que el Deportivo se impuso al Valencia para celebrar el primer título oficial de su historia. Gloria eterna se pudo leer en esa pancarta. Acto seguido, los aficionados formaron ese gran mosaico. La ocasión lo merecía por la delicada situación del equipo, colista de Primera.
La hinchada se volcó como de costumbre arropando al conjunto de Domingos Paciência con un único objetivo, aupar al Dépor hacia su cuarta victoria de la temporada. No desfalleció nunca el público, ni siquiera tras los goles visitantes. Hubo muchos más aplausos que pitos.
Antes del encuentro la afición demostró su carácter solidario volcándose con la iniciativa promovida por la Federación de Peñas, en colaboración con el Banco de Alimentos Rías Altas, para recoger comida no perecedera.via OC. @XALOMONTE
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