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martes, 18 de diciembre de 2012

DEPORTIVO -0 VALLADOLID -0 CRONICA DEL ENCUENTRO


 | Actualizado 18 Diciembre 2012 - 03:52 h.
bruno gama, apesadumbrado a la conclusiã³n del partido quintana
bruno gama, apesadumbrado a la conclusiã³n del partido quintana
Algo hay que cambiar cuando las cosas no funcionan y Oltra hizo varias modificaciones que, al menos, solucionaron la sangría de goles que viene encajando el Deportivo. Los herculinos acabaron el partido a cero, pero no consiguieron marcar en las pocas ocasiones claras que tuvieron y, al final, el empate es justo a tenor de los méritos de ambos contendientes.
Había bastante respeto entre las dos formaciones. El Valladolid llegaba buscando no arriesgar desde una posición desahogada en la tabla. El Depor, con la ansiedad de la mala clasificación, tenía que ser el protagonista en cuanto a la creación de juego, por algo actuaba en casa, pero también se notaba en el ambiente que la responsabilidad haría que los herculinos nadasen, sí, pero guardando la ropa.
La primera parte fue de dominio alterno y bastante equilibrio. A los seis minutos Riki intentaba golpear la pelota de espuela con el portero vallisoletano batido pero no llegaba a conectar con el balón. Tras unos minutos de dominio coruñés, con el Valladolid bien posicionado, los herculinos no sabían bien lo que hacer con el esférico en su salida desde la zaga, a lo que Riazor contestó con algunos silbidos que espolearon a los blanquiazules.
El Depor defendía un poco más atrás que de costumbre, dejaba más la pelota al rival. A los 17 intervenía Lux atrapando un balón de fuerte disparo. En el 20 respondía Bruno Gama con una nueva ocasión. Tres minutos más tarde el portero deportivista, en una doble parada, salvaba un gol cantado. Primero a remate de cabeza a dos metros y luego con una mano milagrosa pegada al palo en un escorzo desde el suelo. A patir de ese momento el Deportivo no tuvo problemas para contener a los pucelanos. Dos disparos de Riki que se fueron muy lejos de los tres palos y una salida de Dani Hernández fueron el bagaje del conjunto coruñés hasta que Gil Manzano señaló el camino de los vestuarios.
La segunda parte comenzó como la primera, con el equipo local sobre la meta vallisoletana, incluso con los mismos protagonistas, porque Riki volvía a gozar de una nueva oportunidad para marcar a los 49 minutos.
El Depor se lanzó al ataque pero no tuvo la claridad de ideas suficiente para anotar en ninguna de sus acciones. Los disparos de Riki se iban altos, como los de Pizzi. Se echaba de menos algún pase más en lugar de intentar resolver de manera personal. Los balones que se enviaban para posibles remates de cabeza impactaban en el cuerpo de Riki y no había forma de romper el entramado defensivo de Djukic.
El entrenador deportivista retiró del terreno de juego a Valerón, un tanto desdibujado en este partido (y muy tapado por los mediocentros rivales). Dio entrada a Salomao y Pizzi se situó por detrás de la delantera. El equipo ganó en protagonismo en el área rival.
De vez en cuando el Valladolid contragolpeaba. A los 61 Lux hacía una buena parada a intervención de Manucho. El Deportivo respondía con el mismo repertorio, disparos lejanos que no creaban el peligro suficiente.
Un nuevo rosario de cambios dio oxígeno a ambos equipos. Nélson Oliveira entró por Pizzi y Camuñas por Riki. La frescura vino bien a los de Oltra y siguieron acosando al cuadro blanquivioleta. A los 82 minutos llegó la más clara del Depor, la que podría haber dado los tres puntos a los coruñeses. Un centro de Bruno Gama desde la línea de fondo encontraba a Salomao, que entraba con velocidad por el corazón del área. Con el meta batido y todo el marco para él metió mal el pie y el balón se fue por encima del larguero. Un disparo de Nélson acabó con las acciones ofensivas locales y, en los dos últimos minutos, el Valladolid pudo haberse llevado el partido en dos ocasiones clarísimas para marcar.
Este resultado obliga a otra final, en el duelo de colistas, pasado mañana, en Cornella. No hay tiempo para lamentarse pero tampoco para desperdiciarlo sin conseguir victorias.
1. líneas más juntas en la zaga herculina
Uno de los cambios evidentes fue que el equipo renunció un poco más a la pelota y que defendió con las líneas más juntas tras la línea divisoria de ambos terrenos de juego.
2. ocasiones falladas en momentos clave
El portugués Diogo Salomao tuvo el gol en sus botas en el minuto 82 en una jugada en la que era más fácil marcar que lanzar la pelota a las nubes como así ocurrió.
3. el equipo rival pudo matar el partido
En dos acciones sobre la bocina, en los minutos 90 y 92, el Valladolid gozó de sendas ocasiones muy claras para marcar y llevarse los tres puntos de Riazor.VIA IG. @XALOMONTE

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