El estado de ánimo y de forma de la plantilla se traduce en un entrenador cada vez con menos dudas para confeccionar la alineación inicial y carente de ensayar soluciones improvisadas. Ayer ante el Hércules hizo regresar al once a Bruno y Zé Castro, ambos ausentes en la victoria ante el Recreativo pero fundamentales en la racha de triunfos que suma el equipo hasta la fecha. Morel se mantuvo entre los titulares después de su meritoria actuación la semana pasada y el equipo se desplegó sin tanto atrevimiento como en los minutos iniciales de Huelva pero con el planteamiento de dominar el encuentro.
La posesión se la repartieron sin continuidad ambos equipos en los minutos iniciales. Valerón y Guardado probaron a Falcón con dos disparos desde la frontal que el portero local resolvió sin problemas. Las imprecisiones comenzaron entonces a dominar a un Hércules incapaz ante el buen posicionamiento de los deportivistas.
De la mayor consistencia blanquiazul nacería el primer tanto en una jugada aparentemente intrascendente que agranda la sospecha sobre Riki de que es capaz de sacar partido de las situaciones más comprometidas y desperdiciar aquellas en apariencia más propicias. Valerón prolongó un pase para el madrileño en el centro del campo al filo del minuto 20 y el delantero, bien cubierto por su marcador, se escoró hacia la izquierda sin que pareciese que le quedara oportunidad de enfilar la portería. El madrileño sacó sin embargo un disparo cruzado que sorprendió a Falcón y encarrilaba el partido para los deportivistas.
Con la ventaja se estiró un poco más el equipo blanquiazul, apoyado también sobre las dudas y los errores en el centro del campo de los alicantinos. Los locales pudieron empatar el marcador en un centro que conectó Urko Vera de cabeza no sin antes llevarse por delante a Aranzubia en el área pequeña.
El posible empate se transformó a los pocos minutos en el segundo gol del Deportivo. De nuevo los blanquiazules se aprovecharon de la imprecisión local para ampliar su ventaja. Un centro impreciso de Juan Domínguez dentro del área no acertó a despejarlo Peña. El regalo le cayó a Bruno, que de golpe espantó su presunta falta de puntería. El portugués batió a Falcón por debajo de las piernas de disparo raso para colocar el 0-2 y dejar sentenciado un partido señalado de modo especial en el calendario de los deportivistas.
La reanudación alumbró sin embargo la reacción del Hércules y las dudas para los de Oltra, arrollados al comienzo y sin rumbo durante el primer tramo de la segunda mitad. Los alicantinos se colocaron con 1-2 gracias a un gol de Urko Vera que a punto estuvo de evitar Aranzubia por dos ocasiones. Fue el portero riojano quien sostuvo a los deportivistas en esos instantes comprometidos en el que el centro del campo se esfumó ante el empuje local y confirmó que los futbolistas de Oltra sufren tanto sin la pelota que la insistencia por conservarla es una necesidad más que un capricho del técnico.
La entrada de Borja solucionó las grietas defensivas y al mismo tiempo liberó a Juan Domínguez de un desgaste innecesario para asegurar la posesión. El desfallecimiento en los últimos instantes de los alicantinos permitió a partir de entonces a los blanquiazules clausurar un partido al contragolpe. Salomão primero y Riki después sellaron un resultado contundente con el que el Deportivo redondea su racha de triunfos seguidos, se coloca con el average a favor y reivindica su papel como aspirante máximo.fuente OC. @XALOMONTE
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