La temporada pasada no pudo ser más desgraciada para Riki. El equipo descendió y él apenas pudo disfrutar de continuidad debido a unos recurrentes problemas musculares que lo mantuvieron apartado de las convocatorias durante varios tramos de la competición. En total sumó tres goles en los 850 minutos de juego que acumuló durante la campaña del desastre. "Fue una temporada muy atípica", confesó el domingo al término del encuentro que enfrentó al Deportivo contra el Girona.
Ante los catalanes, el delantero madrileño marcó el tercero de sus tres tantos en las tres últimas jornadas. Parece, al fin, que comienza a dejar atrás los problemas que lo condicionaron desde su llegada al club en el verano de 2006. "Me he encontrado muy bien durante todo el partido", presumió en la zona mixta del estadio al finalizar el partido contra el Girona.
Riki se propuso esta temporada aparcar los fantasmas que lo persiguieron durante todo el curso anterior. Llegó el primero tras las vacaciones de verano para completar un plan de trabajo específico que le permitiese superar sus debilidades físicas y fortalecer los músculos que periódicamente le obligaban a parar e interrumpir su ritmo de competición. Entonces, en pleno debate sobre la ausencia de un goleador en el equipo, se destapó como el principal recurso anotador de la plantilla. Acabó la pretemporada como el máximo anotador blanquiazul con 10 tantos, si se exceptúa uno que marcó en una tanda de penaltis, y el nuevo entrenador le dio toda su confianza. Toda aquella que le había faltado en años anteriores. "Notaba mucho el hecho de jugar un mes y tener que parar otro", recordó.
Con el inicio de la Liga, sin embargo, los viejos fantasmas aparecieron de nuevo. En la segunda jornada, en el partido ante el Hércules, tuvo que pedir el cambio antes del descanso por unas molestias que finalmente lo mantuvieron apartado del equipo durante aproximadamente un mes. Todo el trabajo previo quedó entonces interrumpido y la desconfianza pareció adueñarse de nuevo tanto del jugador como de la grada, que a esas alturas veía con recelo cada intervención del madrileño. "Empecé muy bien la pretemporada y luego tuve que parar un mes -recordaba el domingo-, ahora estoy volviendo a coger la forma".
Gradualmente, el madrileño fue contando con minutos tras su recuperación de la sobrecarga en el sóleo que sufrió ante el Hércules. Ante el Alcoyano, en Copa, regresó al once inicial y marcó el que sería el primero de sus tantos en partido oficial esta temporada. La falta de ritmo, sin embargo, todavía condicionaba su participación en el juego del equipo. "Cuanto más juegues, más confianza tienes y más ritmo coges", justificó sobre sus primeras actuaciones tras volver al equipo después de su lesión. "Después de estar prácticamente un mes parado no vas a volver como una moto, pero lo importante es tener esa continuidad y jugar partidos para coger confianza y ritmo", insistió.
La verdadera recuperación le llegó en el partido ante el Córdoba. El equipo volvió a ganar tras el decepcionante empate en casa ante el Nástic y Riki marcó el que después se convertiría el primer tanto de su racha de goles en Liga.
Hasta la fecha lleva tres, los mismos que marcó en su primera temporada como deportivista. La 2006-07 fue la campaña en la que más minutos (2.233) y partidos (33) jugó el madrileño, pero a la vez en la que peor promedio goleador tuvo.
Sus cifras anotadoras mejoraron la campaña siguiente, al mismo tiempo que disminuía el número de minutos disputados. Las lesiones comenzaban por entonces a interrumpir periódicamente su participación en el equipo y a mermar su rendimiento.
"Cuando uno está jugando y hace buenos partidos o metiendo goles, inconscientemente la moral sube", reflexionó después de jugar, y marcar, contra el Girona sobre la transformación que ha experimentado durante las últimas jornadas. Como en la pretemporada, se ha convertido en la principal referencia en ataque del equipo. Dicha responsabilidad nunca la había tenido en las cinco temporadas anteriores, cuando compartía la delantera con algún otro jugador. En el esquema de Oltra figuró siempre como el futbolista más adelantado, por más que en determinados momentos haya compartido espacio con Lassad. "Jugar con jugadores que te puedan dar un pase de gol, con los que puedas trenzar jugadas, es más fácil", respondió sobre el dibujo que le favorece más o en el que se siente más cómodo.
En solitario, sin embargo, se produjo su mejor actuación hasta la fecha. Fue el pasado domingo en el partido frente al Girona. Suyo fue el tanto que equilibró el choque después del tempranero gol de los visitantes. Antes de nivelar el partido se había esforzado por desperezar a sus compañeros, "agarrotados", como dijo Oltra al final del duelo; por la desventaja en el marcador. "Estoy jugando y estoy haciendo goles, eso es lo importante para mí", manifestó sobre su actual papel dentro del equipo.
En el horizonte tiene los ocho goles que marcó en la temporada 2009-10, su mejor registro desde que viste la camiseta blanquiazul. "Espero que este año, a pesar de ese infortunio que he tenido, todo salga bien", proclamó refiriéndose a la lesión que padeció y que le ha mantenido apartado durante aproximadamente un mes. En su mente está el dejar atrás de una vez por todas las molestias que le impidieron tener continuidad, ahora que se ha convertido en la referencia atacante complementado por los jugadores de banda del equipo. La recuperación de Xisco, todavía lesionado, le añadirá además el punto de competencia que hasta ahora le ha faltado dentro de la plantilla esta temporada.fuente la opinion.@XALOMONTE
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