Depor y Celta se vuelven a ver las caras después de cuatro años y medio. Los dos tenían previsto este reencuentro en Primera, pero Valencia y Granada decidieron que fuese en Segunda. Los 1.674 días sin derbi han servido para rodear el duelo de una expectación de Champions. Riazor se llenará, habrá mosaico local y cerca de 2.000 seguidores celestes. El anhelado clásico gallego lo tiene todo para ponerse la medalla de día grande, porque hasta la Primera ha decidido parar para que todos los focos se centren en Riazor.
Muchos de ellos iluminarán a Valerón, el rey actual del derbi y del juego del Depor. También están Salomão, Riki o Bruno Gama, pero el plan Oltra tiene en el Flaco a su pilar. Cuando el canario carbura, el Depor despega; cuando no...
Enfrente espera un Celta más coral que llega con mejores sensaciones y todos los números a su favor. Los de Herrera llevan cuatro victorias consecutivas frente a los altibajos coruñeses. Superan en tres puntos al Depor, así que la presión... para los de casa. Han ganado los tres últimos clásicos y también lideran el ranking histórico de enfrentamientos directos. Son el equipo más realizador de Segunda con 23 goles, frente a los 18 de los blanquiazules. Yoel ha recibido 13 y Aranzubía 16. Pero claro, esto es un derbi.
El morbo.
La otra cara del partido, la que le suele dar la salsa extradeportiva a esta rivalidad histórica, ha crecido como la espuma. Arrancó hace diez días, con una peña del Celta anunciando que ponía pica en A Coruña. Luego llegó la designación de López Acera, el colegiado que se la lío al Depor en Alcorcón. El Comité Antiviolencia se durmió, pero despertó a tres días del derbi.Todo esto fue el envoltorio del paquete: Iago Aspas. Las explosivas declaraciones del delantero de Moaña han sido el reguero del derbi, con Riki respondiendo, Herrera pidiendo perdón en su nombre, Aranzubía dando ejemplo y Mouriño tirándole de las orejas. Y hoy, con Aspas de titular. Hay derbi, y de kilates.
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