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miércoles, 20 de julio de 2011

OLTRA SE HACE OIR










Desde el primer entrenamiento mostró el carácter dialogante y conciliador que lo caracteriza, pero hasta ahora no había sacado el genio. José Luis Oltra dedicó ayer a sus futbolistas su primera arenga seria desde el inicio de la pretemporada. Fue durante el desarrollo de un circuito con balón que culminaba con disparos a portería sin oposición desde la frontal del área. Al valenciano no le gustaba lo que estaba viendo sobre el césped de A Magdalena, y se encendió: "¡Dejaos de pijaditas, de hostias y de tanta tontería, y aseguraos de hacer gol!". Dicho y hecho, porque a partir de entonces la eficacia en la finalización se multiplicó. No sólo mejoró la puntería. También la intensidad y la coordinación. Todos corrieron más y mejor después de escuchar los gritos con los que el míster consiguió despertar a sus jugadores, que tardaron en activarse quizá por el madrugón.

A las 09.30 en punto comenzó la primera de las dos sesiones que el técnico dirigió ayer en Vilalba, donde por primera vez el equipo se ejercitó en doble turno para aumentar la carga de trabajo. Fue una jornada dura, pero de nuevo con mucho balón, algo que ya se ha convertido en costumbre desde la llegada del nuevo técnico. Su ayudante, Chema Sanz, fue el encargado de explicar al detalle cada una de las tareas, en las que él mismo se involucró participando como uno más. Tanto el entrenador como Sanz estuvieron muy encima de los jugadores, tratando de que estuvieran siempre alerta y en tensión. "¿Y el rechace, qué? ¿Quién va a por él, mi tía Carmen?", le espetó Oltra al joven Diogo Salomão.

El portugués se destapó con algunos cañonazos bien dirigidos con la zurda. Marcó varios tantos durante las series de disparos, aunque los golazos con mayúsculas los firmaron dos canteranos, Juan Carlos y Juan Domínguez, con sendos pepinazos directos a la escuadra. De bella factura fueron también varias de las dianas firmadas por Pablo Álvarez, Valerón e incluso Manuel Pablo, especialmente entonado de cara a puerta. Algo más tardó en mojar Saúl, aunque finalmente consiguió romper su gafe.

Bajo los palos se turnaron primero el fabrilista Marc Martínez, luego el juvenil David Gómez y por último Dani Aranzubia, cuya presencia intimidó a los lanzadores, menos certeros cuando se encontraron de frente con el riojano. Tras esos circuitos culminados con remates, Oltra dividió a sus hombres en tres grupos para trabajar la posesión por medio de diversos rondos. Volvió a hacer hincapié en "la intensidad" para que nadie bajara el pistón. "¡Seguimos dándole importancia a jugar, a no perder, a robar y a ayudar al compañero!", recalcó el técnico, finalmente satisfecho con la entrega de sus hombres.fuente la pinion

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