Por fin el Deportivo realizó un partido serio fuera de casa, con actitud e imagen propias de un equipo que quiere salvar la categoría y sabe que no llega con haber las cosas bien en Riazor.
En La Rosaleda, el equipo de Miguel Ángel Lotina supo aguantar las llegadas y la ansiedad del Málaga, incluso jugando con diez hombres tras la rigurosa expulsión de Laure en los últimos compases del primer tiempo tras un forcejeo con Eliseu. Pérez Lasa justificó en el acta que le sacó la segunda amarilla al deportivista porque “con el juego detenido el jugador se acercó a un rival recriminando una acción tocando al adversario con actitud provocativa”.
Significaba la segunda amarilla para el lateral gallego y por lo tanto la expulsión. Pero Lotina remodeló el equipo, dio entrada a Morel por Valerón, y los deportivistas supieron aguantar a base de esfuerzo y sacrificio.
“En el segundo tiempo, con el calor que hacía y frente a un Málaga que tiene mucha calidad, hemos tenido que correr mucho, hacer muchas ayudas y por ese sacrificio los jugadores se merecían el punto”, aseguró Lotina tras destacar que “el punto es merecido sobre todo por el esfuerzo”.
Con Valerón en el campo los primeros 45 minutos, el Dépor aguantó bien las ocasiones de los de Pellegrini, sobre todo las de Rondón, el jugador más activo y que más molestó a Dani Aranzubia, aunque sin excesivo peligro. La ocasión más clara la tuvo tras un pase de Sebas Fernández que asistió al venezolano para que su tiro pasara rozando el larguero. Poco después el balón se coló en la portería de Aranzubia, pero el árbitro había anulado la jugada por falta de Rondón al portero del Deportivo.
Por parte gallega, se notó la presencia del Flaco y destacó Guardado, el que más lo intentó, aunque sin suerte, tampoco en el segundo tiempo en el que ya no jugó Valerón. Lotina lo sacó del campo para dar entrada a Morel y tapar así la ausencia de Laure.
Con un jugador más, a los de Pellegrini les entró la ansiedad al ver que no eran capaces de atravesar la defensa deportivista y sabedores que un empate no les valía para salir de los puestos del descenso. Así, entre el buen trabajo de la zaga gallega y la desesperación del Málaga, el partido se fue diluyendo. Maresca tuvo en sus botas una buena ocasión para adelantar a los suyos, pero Aranzubia lo impidió. Poco más ofrecieron los de Pellegrini, más que balones que llegaban sin peligro al área deportivista.
Así, el empate tiene significado bien distinto para unos y para otros. Mientras al Deportivo el punto sumado le sabe a victoria, al Málaga le queda la impresión de haber desperdiciado una magnífica ocasión de avanzar hacia la permanencia al no ser capaz de vencer a un rival directo que para colmó jugó la mitad del partido con un hombre menos.
“No estamos conformes, pero por otro lado siempre sumar es bueno, aunque nos faltó tranquilidad y claridad”, declaraba Pellegrini al final del partido.
El Dépor descansa hoy, volverá mañana al trabajo para preparar ya el encuentro ante el Racing.fuente xornal
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