Queda poco más de un mes para que concluya la Liga, que expirará allá por el 21 de mayo -fecha oficial- con la visita del Valencia a Riazor. Siete jornadas. Seis semanas. Quizá muy poco tiempo para que Riki vuelva a jugar esta temporada. Ayer fue sometido a una resonancia magnética tras la lesión que sufrió el pasado miércoles durante el entrenamiento en Abegondo. El resultado es concluyente: "los servicios médicos del Deportivo le han diagnosticado una rotura fibrilar en el músculo obturador interno de la cadera izquierda". Hay rotura, algo con lo que el futbolista no contaba, según explicó después de realizarse las pruebas. "Hemos hecho la resonancia y se temía lo peor pero parece que no lo es. Por ahí no van los tiros. Creo que no hay nada roto. Eso es bueno después de tantas lesiones como tuve este año", decía pleno de optimismo. Sin embargo, el diagnóstico no resultó ser el que esperaba el delantero de Aranjuez.
Estaba convencido Riki de que la dolencia no revestía mayor trascendencia. Tras ser examinado en el Santa Teresa, se dirigió a Riazor y en las inmediaciones del estadio conversó con varios compañeros, recién salidos del entrenamiento que Miguel Ángel Lotina preparó en el estadio. A continuación, visitó el restaurante Playa Club junto a Juan Carlos Valerón y Manuel Pablo para participar como improvisado cocinero en un acto promocional. Fue en ese momento cuando mostró su optimismo. Sus sensaciones eran bastante buenas e incluso no descartó estar en condiciones de entrar en la convocatoria para el encuentro del domingo contra el Racing. "Si al final esto no es nada, posiblemente esté para el domingo, si el míster lo cree oportuno", afirmó esperanzado. La realidad es otra. Puede ser que incluso se haya despedido de la temporada, ya que su vuelta a los campos de fútbol "dependerá de su evolución en las próximas semanas", dice el parte médico. ¿Semanas? En seis se acabó el curso.
El calvario que ha sufrido Riki con las lesiones esta temporada comenzó muy pronto, el 22 de agosto del año pasado, cuando sufrió una contusión en el gemelo externo y peroné durante el último amistoso veraniego, contra el Lazio. Luego, el 20 de septiembre, acabó el encuentro ante el Getafe con una lesión muscular de grado dos en el sóleo de la pierna derecha. Justo un mes después, el 19 de noviembre, tuvo que operarse de apendicitis y el 21 de diciembre se le diagnosticó una contractura en el abductor mediano derecho. El 7 de marzo volvió a lesionarse ante la Real Sociedad, al sufrir una microrrotura en el aductor medio izquierdo. Fue su último percance hasta anteayer, cuando sufrió un pinchazo de nuevo a la altura de la cadera. fuente la opinion
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