El Deportivo volvió ayer a poner de manifiesto que la falta de gol es el principal lastre que tienen, o va a tener, esta temporada. Esa carencia en la definición ha hecho que el equipo coruñés haya logrado anotar solamente tres goles en siete partidos. Son tres tantos en 630 minutos, es decir, uno cada 210 minutos. Significa que al Dépor le hace falta jugar más de dos partidos para lograr un gol. Falta de finalización que cuesta muy caro y mantiene al equipo en el pozo de la clasificación.
El pobre arranque goleador del equipo coruñés esta temporada es ya el segundo peor de la historia del Deportivo en Primera División. En la campaña 1966/67, discurridas siete jornadas, el equipo coruñés llevaba anotados dos goles en su casillero. Esta temporada, hay uno más, tres, aunque en el debe, cabe recordar que dos llegaron de penalti. Fueron en un mismo partido ante el Getafe en el estadio de Riazor, y ambos logrados por un mismo jugador, Guardado. El único gol que los blanquiazules han logrado sin ser desde los once metros lo ha anotado el malagueño Juan Rodríguez. Fue la pasada jornada en el Bernabéu cuando el equipo caía 5-0 frente al Madrid.
Ayer al Dépor de Lotina no se le puede echar en cara que no lo intentase. Fue un querer y no poder. Remató 23 veces a puerta en todo el partido, once de ellas entre los tres palos, pero ninguna logró traspasar la meta de Ricardo. Ni Adrián, ni Lassad, ni dos misiles enviados por Desmarets, ni Colotto de cabeza, ni Lopo... Nadie logró hacer un gol a Osasuna que sirviese de bálsamo para un equipo que tiene en su sino la falta de definición. El 0-0 es ya el resultado más repetido (Zaragoza, Sevilla, Osasuna) y supone una vuelta a empezar. A los empates en las tres primeras jornadas, antes de tres derrotas consecutivas. Y es que sin goles no hay paraíso.
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