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lunes, 27 de septiembre de 2010

QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE















Leer el partido desde el temprano gol, puede valer; hacerlo desde la expulsión de Colotto, también; pero la realidad es que el Almería llegaba a A Coruña con un Lillo casi sentenciado, pleno de nervios y dudas, y fue infinitamente superior al Depor en lo individual y colectivo. Pensar que los coruñeses se pierden en el esquema táctico de Lotina no tiene sentido, porque llevan casi dos años jugando así. La explicación hay que buscarla en la calidad individual y las ganas. Rubén Pérez, un chavalito que lleva dos telediarios en Primera, estuvo diez peldaños por encima del resto. La defensa blanquiazul fue un coladero; la creatividad casi nula; y Adrián, que prácticamente ha creado media oportunidad de gol en cinco partidos, volvió a dejar patente que el ahorro de Lendoiro en no fichar a un delantero puede salir muy caro

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