Juanma Leiva | 21/01/2010
No hay mejor forma de iniciar una gran competición que con una goleada (la mayor en la fase final de un Europeo) y un juego brillante. Es cierto que el rival era propicio, pero las primeras sensaciones de los de Venancio en la pista negra de Debrecen fueron muy buenas: concentración, marcaron los nuevos, los veteranos...
Y eso que la goleada final no muestra la oposición bielorrusa. Tras el tempranero gol de Juanra a los dos minutos (¡vaya manera de debutar en un Europeo!), Levus sorprendía empatando en el único despiste de La Roja en todo el partido. Kike, recientemente reconocido como mejor jugador del mundo, se apresuraba a devolver la lógica al marcador de una espectacular volea. Pero ese 2-1 aguantaría hasta bien entrada la segunda parte debido a la gran actuación del meta bielorruso Novoichik.
Exhibición.
El dominio español hacía que no se temiese la sorpresa. "Sabíamos que los goles llegarían", explicó Daniel a la finalización. Y cuando La Roja se inspiró y el cansancio pesó en el rival, llegaron. Torras marcaba el 3-1 y, dos minutos después, aparecía Javi Rodríguez, el mejor ayer. Dos estupendas jugadas del capitán terminaban con el balón en la escuadra bielorrusa. Fue el final. El resto del choque sólo serviría para que Rodríguez completara el hat-trick, para que España se gustase y, debido a la gran renta, para dejar el pase a cuartos casi cerrado.
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