El de Rubén de la Barrera fue el mejor debut posible: un partido plácido, dos goles tempraneros, en el primer cuarto de hora de partido, cuatro tantos para celebrar, la vuelta al once de jugadores que implican pertenencia... Todo eso agitado en una coctelera que ha permitido reconectar a equipo y grada. Ahora, el deseo de todos es que haya continuidad.
Venía el Deportivo de tres partidos sin ganar y una dolorosa derrota en Linares, el clima social hacía insostenible la continuidad de Óscar Cano y el Consejo de Administración apostó por el cambio y el regreso de Rubén de la Barrera, el técnico al que no renovó -el club rompió unilateralmente las negociaciones- en 2021.
Se cumplió, por tercer técnico consecutivo, la máxima futbolística de que a entrenador nuevo victoria segura. El Deportivo y el deportivismo se dieron una alegría, aunque frente a un rival que en Riazor se mostró dócil. En todo caso, son vitaminas para afición y equipo de cara al playoff de ascenso.
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