El Deportivo toca con la yema de los dedos el objetivo mínimo de la temporada, el de obtener una plaza la próxima temporada en la Primera Federación, la nueva categoría de bronce del fútbol nacional, en la que estarán cuarenta equipos distribuidos en dos grupos por proximidad geográfica.
El partido ante el Numancia se antojaba clave para el futuro y la tranquilidad del Deportivo y su afición. Ganar aportaba calma, especialmente tras haber perdido la anterior semana ante el Langreo; el empate dejaría al Racing de Ferrol como líder y a Depor y Numancia al acecho; y la derrota le pondría fuera de las dos primeras posiciones, las que permiten acceder a la Primera Federación. Esta vez, los blanquiazules no fallaron en un partido que se puso de cara con el primer tanto a balón parado, un saque de esquina que cabeceó Celso Borges, y que, tras el empate del Numancia, cayó del lado deportivista con un penalti que materializó el venezolano Miku Fedor.
35 puntos
Aventajan en dos al Racing de Ferrol, en cuatro al Numancia y en seis al Langreo
Los tres puntos valen su peso en oro en una jornada en la que el Racing de Ferrol, con su victoria ante el Marino de Luanco, había presionado al Deportivo (y al Numancia).
Los blanquiazules dieron la talla en un partido con más puntos positivos que negativos y eso les permite encarar la recta final de la temporada en una situación relativamente cómoda que solo ellos mismos pueden complicarse.
Si traducen en victorias dos de los tres últimos partidos, serán nuevo equipo de la Primera Federación. Cuatro puntos más podrían resultar insuficientes.
Riazor
Solo uno de los tres partidos que quedan se disputará en A Coruña
Los de Rubén de la Barrera aventajan ahora en dos unidades al Racing de Ferrol y tienen a cuatro puntos al Numancia. Los dos equipos tienen que enfrentarse en la penúltima jornada, en la que el Deportivo, si cumple su parte, podría celebrar el objetivo secundario con el que inició esta temporada en Segunda División B: la permanencia, que para algunos es un ascenso. Lo cierto es que, tal y como pintaba el panorama antes de vencer al Pontevedra en Riazor en la primera fase, seguir en la tercera categoría se ve con otros ojos (el Deportivo podría haber bajado automáticamente a Segunda Federación -cuarta categoría- y correr el riesgo de perder otra más en la segunda fase).
Prudencia
El Deportivo ya está curtido en mil batallas y, aunque pinta bien, reina la prudencia. El equipo mantiene los pies en el suelo consciente de que el trabajo está encaminado pero no rematado y que en las últimas temporadas objetivos que parecían hechos acabaron esfumándose.
Por delante, tres partidos, solo uno de ellos en el césped del Abanca-Riazor. El equipo visitará el próximo domingo al Marino de Luanco en el campo de Miramar (17.00 horas), después recibirá al Langreo en casa para despedir la temporada como local, y acabará el curso, si no se producen alteraciones en el calendario, el 9 de mayo en el campo de Los Pajaritos ante el Numancia.
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