El Deportivo cae en la sugestión y se empequeñece. Con tanto hablar del fortín del Guijuelo, de la hierba sintética, del año que llevan los salmantinos sin perder en su feudo, al final las circunstancias se convierten en excusas y el respeto al rival parece excesivo. Todo eso se tradujo en una versión descafeinada de un equipo que está siendo uno más en Segunda B, al menos en sensaciones y juego, que no demuestra galones y que en vez de atacar se atrinchera.
Ayer empezó con dos delanteros y reculó para contener al rival. Ni mucho menos parece el Barça o el Madrid de la categoría. Sigue faltándole fútbol y brillo y las semanas pasan sin ver mejoras.
Fernando Vázquez, en la banda cinco meses después, sorprendió con la alineación. Ya había explicado en la previa que cuatro partidos le daban una base para tomar decisiones. Y cinco, parece también suficientes para empezar a extraer conclusiones. El Deportivo, más allá del césped artificial, que efectivamente es una limitación, juega muy por debajo del nivel esperado... pero sigue invicto. Los números, al menos, le avalan, pero su fútbol es pobre y su producción ofensiva es prácticamente inexistente.
Lo que el técnico hizo en Guijuelo fue casi una revolución. Cambió el sistema por el 4-4-2, el que llevaba tiempo meditando, dejó en el banquillo a Lara y a Nacho González, que habían pedido la suplencia en las primeras jornadas, y eligió a Miku para acompañar a Beauvue en la punta de lanza. Pero no se quedó ahí. A la esperada vuelta al once de Bóveda, recuperado de una lesión muscular, para suplir la baja de Jorge Valín (esguince de tobillo), se sumaron las de Borja Granero por Bergantiños en el centro de la defensa y la más inesperada todavía de Salva Ruiz por Héctor Hernández en el lateral izquierdo. Borja Galán, que había funcionado como revulsivo, completó las novedades del once deportivista.
El Deportivo transmitió sensaciones decentes en el inicio del partido, pero el Guijuelo apenas se desordenó. Con problemas para elaborar ataques, como en los anteriores encuentros de la temporada, la ocasión más clara del primer tiempo (por no decir del partido) llegó a balón parado a los once minutos en una falta próxima a la línea de fondo que ejecutó directa Salva Ruiz y sacó a córner el portero del equipo chacinero.
En el ecuador de la primera parte, el Deportivo perdió la manija del choque y dio opciones al Guijuelo, al que hasta entonces había logrado contener sin problemas. Eizmendi, ex del Leganés, llegó por la izquierda y Cristóbal ensayó con la izquierda un disparo que se fue a unos metros de la portería de Carlos Abad. Segundos después, Kamal volvió a intentarlo para los locales con otro lanzamiento desde fuera del área. A Vázquez, en su regreso al banquillo, no le estaba gustando el hundimiento de sus jugadores.
Cambio táctico
A eso se unió una amarilla de Claudio Beauvue. El técnico explico después que el cambio del delantero no se debió a molestias a pesar de producirse en un momento poco habitual para las sustituciones no obligadas, a tres minutos para el descanso. El de Castrofeito movió el banquillo y la pizarra, el de Guadalupe se fue a la caseta, entró Bergantiños y cambió el sistema para apostar por 5-4-1, aunque con Keko Gontán prácticamente como segundo delantero en un Deportivo que agradeció el intermedio porque el Guijuelo había crecido.
El equipo coruñés mantuvo el dibujo y las dificultades tras el paso por el vestuario. Solo inquietó con una transición buena en la que Keko Gontán pecó de egoísta y disparó desde muy lejos y por arriba de la portería rival.
Se echó demasiado atrás y el Guijuelo lo agradeció. El equipo de Vázquez no pudo más que contrarrestar a los salmantinos. Cristóbal repitió lanzamiento fuera y Keko vio una amarilla (naranja) por una falta en la medular.
Los blanquiazules dieron mucha vida a los locales, que incrementaron sus amenazas. Tuvieron dos saques de esquina consecutivos y pidieron un penalti por empujón de Bóveda a Eizmendi, que se llevó la tarjeta por simular.
A falta de ataques posicionales, los blanquiazules, que cambiaron de referente ofensivo con la entrada de Rui Costa por Miku, se asomaron desde la esquina con un disparo de Bóveda desde la frontal y con un cabezazo de Borges. Kamal tuvo la suya también con un disparo de primeras que volvió a salir desviado.
El centrocampista del Guijuelo fue sustituido a falta de un cuarto de hora y su equipo lo acusó en los balones divididos, pero el Deportivo siguió sin funcionar. Josín, desde tres cuartos, obligó a Carlos Abad a volar para despejar.
Los chacineros se quedaron con diez por la expulsión de Kike Pina en el descuento por cortar un contragolpe con una brusca entrada a Keko. Pero incluso en esos segundos en inferioridad buscaron más al Deportivo que los coruñese a ellos.
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