El club que preside Fernando Vidal no consiguió firmar el regreso de Borges en el mercado invernal, aunque el acuerdo con el internacional tico era total. Entonces, el Göztepe, al que se había ido tras su paso por el Deportivo, bloqueó su salida porque había empezado a contar para su entrenador, incluso en una posición distinta a la suya natural, el centro de la defensa. Desde esa demarcación había sido capaz de demostrar su faceta goleadora, esa que ya había puesto en escena en sus años como deportivista.
A finales del mes pasado, Borges rompió de manera unilateral el contrato con el Göztepe y eso le permitirá llegar con la carta de libertad al Deportivo para firmar una relación larga, que promete fidelidad.
Estuvo en A Coruña entre enero de 2015 y el verano de 2018, cuando, tras el descenso a Segunda, abandonó la ciudad gallega.
Para volver a ser un referente dentro del vestuario y en el terreno de juego con la elástica blanquiazul, Borges ha tenido que aceptar una propuesta económica inferior a la que le habían presentado otros clubes de la categoría interesados en hacerse con sus servicios. El club herculino lo ha compensado con la duración del contrato que le ha ofrecido para atraerle de nuevo.
A favor de su reincorporación ha jugado la voluntad que ha puesto para regresar, su sentimiento blanquiazul, lo a gusto que ha estado en A Coruña en su anterior etapa y también la estabilidad que le ofrece el Deportivo tras su mala experiencia en Turquía.
Borges regresa a su segunda casa de la mano de Fernando Vidal y Richard Barral, como cuando se incorporó por primera vez, aunque entonces el ahora presidente era consejero del club.
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