ALBERTO TORRES A CORUÑA15/02/20
Riazor vivió un partido dentro de una montaña rusa. Pasó de la victoria al empate y cedió los primeros puntos de la segunda vuelta ante un Girona que tiene en Stuani .
El profesor Vázquez lo tiene muy claro. Tiene un once definido, un bloque y sobre él trabaja. Lo demostró ayer al alinear a Sabin Merino tan pronto com estuvo recuperado a pesar del buen choque de Koné en Alcorcón. El once con la defensa de tres centrales comienza a saberse de memoria.
No es, en muchas ocasiones, garantía de nada, pero los automatismos del equipo siempre están más claros cuando se opta por mantener un once más o menos fijo.
Ayer el Depor se medía a un equipazo de la categoría con un delantero de una división muy superior. Era un día en el que la derrota, el empate, entraban en el guión. Y también la victoria. Todo lo rozó el Depor, aunque más la victoria por el tiempo en el que fue por delante en el marcador.
El cuadro coruñés utilizó sus armas desde el principio. Férrea defensa, contras lo más veloces posibles y opciones a balón parado. Esperó al Girona en el medio del campo sin renunciar a la vanguardia.
Lesión de Somma
A los siete minutos de partido Riazor enmudecía por la fortuita lesión de Somma. Tras controlar un balón es iba al suelo, se echaba la mano a la rodilla y pedía el cambio entre lágrimas. Una imagen que dolió a todo el deportivismo.
A los siete minutos de partido Riazor enmudecía por la fortuita lesión de Somma. Tras controlar un balón es iba al suelo, se echaba la mano a la rodilla y pedía el cambio entre lágrimas. Una imagen que dolió a todo el deportivismo.
Fernando había trabajado durante la semana con Peru en la defensa y el cambio no se hizo esperar. Álex Bergantiños entró en lugar del italiano pasando el vasco al centro de la zaga. El partido se reanudó tras unos minutos interminables por los gestos de dolor de Somma.
Los argumentos expuestos por ambos contendientes en el inicio del choque volvieron a mostrarse sobre un precioso estadio de Riazor. Y esos argumentos, a veces, funcionan. En la primera jugada elaborada, después de diez pases, controlando, buscando desmarques, el balón llegaba a Eneko; ganaba línea de fondo, centraba, y Mollejo, entrando desde su banda, cabeceaba el 1-0. Se cumplía el minuto 17 y los blanquiazules hacían lo más difícil. Reponerse a la lesión de un compañero y romper la igualdad en el marcador.
Se esperaba la respuesta inmediata del Girona y llegó. Primero en un saque de falta que remataba Benítez solo, ya que el Depor defendía muy atrás. Después en una acción en la que Stuani se quedaba en ventaja para disparar a puerta. Mollejo en la primera acción y Álex en la segunda conseguían evitar males mayores. Quedaba claro que el equipo catalán tenía mucho peligro y el Depor debía tomar nota de ello.
Lo intentó de nuevo el cuadro rojiblanco con un lanzamiento de falta que la barrera desvió a córner. A la salida del mismo, el equipo coruñés despejó fuera del campo como si le fuera la vida en ella. Se rozaba la media hora y los herculinos se defendían con uñas y dientes en un momento de claro dominio visitante. Le costaba mucho salir al Depor en los final del primer periodo, amén de recibir sendas amarillas Aketxe y Mollejo (muy alcelerado el extremo blanquiazul). El Girona seguía encerrando a los coruñeses y lo hizo hasta el final de la primera parte.
Otro cambio
Vázquez hizo un cambio en el intermedio. Dejó en la caseta a Mollejo y ubicó en el lateral a Salva Ruiz. El joven madrileño pagaba así el exceso de intensidad. Además, el colegiado comenzaba con su rosario de errores y (evitando el forofismo) todos en contra el Depor.
Vázquez hizo un cambio en el intermedio. Dejó en la caseta a Mollejo y ubicó en el lateral a Salva Ruiz. El joven madrileño pagaba así el exceso de intensidad. Además, el colegiado comenzaba con su rosario de errores y (evitando el forofismo) todos en contra el Depor.
El Girona volvió a la carga, intentó dominar la pelota y el Deportivo quiso explotar la contra y mantener la portería a cero. A los 50 minutos Dani Gimenez intervenía ante un disparo envenenado de Maffeo y mandaba la pelota a córner.
El cuadro blanquiazul era bastante impreciso, como en la primera parte, a la hora de sacar el balón, y por eso el esférico duraba poco en los pies de los deportivistas.
Necesitaba ‘un desahogo’ el conjunto herculino, y lo consiguió gracias al gran capitán, Álex Bergantiños, quien, a la hora de juego, remataba desde la frontal un rechace de la defensa catalana para marcar un golazo que ponía en pie al estadio blanquiazul. La paciencia defensiva tenía más premio que la ofensiva.
Pudo ser mayor el premio si Eneko Bóveda, con un partidazo en defensa y también en ataque cuando pudo subir a zonas de vanguardia, no estuviese en fuera de juego cuando anotaba lo que hubiera sido el 3-0. El Depor se ‘desbocó’ un poco después del segundo tanto, pero rápidamente intentó volver a ‘ordenarse’.
A los 78 minutos reducía diferencias el Girona. Después del enésimo balón al área y tras una clara falta a Dani Giménez que el colegiado no vio o no quiso ver, Stuani recogía el rechace y marcaba de manera acrobática. Y no acababa ahí la cosa. A los 84 minutos Montero hacía penalti sobre Brandon Thomas y el VAR así lo ratificaba. Stuani empataba el partido. Riazor estallaba y los ánimos se caldeaban entre los dos equipos. Del posible 3-0 se pasaba al 2-2.
El partido murió ahí porque el esfuerzo de ambos equipos y un colegiado bastante desacertado fueron suficientes para que los dos contendientes se repartiesen los puntos. Uno para cada uno... Ya falta menos para la salvación.
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