El último entrenamiento de hoy en el Abanca Riazor, previsto para las 11.00 horas, servira como test para dos futbolistas imprescindibles para Natxo González: Carlos Fernández y Pablo Marí.
El delantero andaluz, que completó ayer una nueva sesión con el equipo, afronta la recta final de su vuelta al fútbol competitivo. Mientras, el zaguero, con una elongación del músculo semimembranoso de su muslo izquierdo, no entrenó el lunes, el martes el club emitió un parte médico y ayer trabajó al margen,
Trabajo dividido
Marí hizo ayer parte del trabajo sobre el verde con el readaptador Fran Molano y parte en las instalaciones de la Casa del Agua. Su posibilidad de entrar en la lista dependerá de sus sensaciones en la sesión matinal de hoy, al igual que en el caso de Carlos Fernández.
Esperado regreso
Su vuelta sería buena noticia para el Deportivo, que recuperaría, si hoy recibe al alta, a uno de sus goleadores.
Carlos, que se ha perdido las últimas ocho jornadas (incluida la del Reus), quiere llegar a tiempo para un momento crucial de la temporada.
Con él, el Deportivo marcó más goles, no solo con su sello, sino también con el de Quique, que recuperaría a su principal socio en el ataque.
Sesión a puerta cerrada
Después de la jornada de convicencia del jueves, el plantel herculino se sometió ayer a una sesión a puerta cerrada. El entrenamiento, previsto para las once, no comenzó hasta cuarenta minutos más tarde, cuando los futbolistas saltaron al verde para someterse a varios ejercicios tácticos, incluido un partido en el que Natxo González realizó constantes instrucciones desde la banda.
Para finalizar el entrenamiento, el técnico adjunto Alejandro Esteve asumió el mando para repasar acciones a balón parado: saques de esquina, saques de banda o lanzamientos de falta
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