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domingo, 24 de marzo de 2019

EL BACHE DEL DEPOR A TRAVÉS DE CINCO CLAVES

El Deportivo se ha atascado en la lucha por el ascenso a Primera División, inmerso en un bache de juego y resultados que se agranda jornada a jornada y del que ha salido cuestionado su entrenador, Natxo González, incapaz de dar con la tecla para levantar a un grupo ‘tocado’ anímica y futbolísticamente.
1 Riazor, de fortín a propicio para el rival
A Coruña presume de ser una ciudad en la que nadie es forastero y el Estadio Abanca-Riazor lo está asumiendo en los últimos tiempos.
Ha pasado de fortín del Deportivo, de un campo prácticamente inexpugnable al inicio de la temporada, a un escenario propicio para que el visitante puntúe. Lo han hecho los últimos cuatro que han pisado su césped (una victoria y tres empates) y los locales solo han ganado uno de los partidos que han disputado delante de sus aficionados esta temporada.
Su técnico ha reconocido que empieza a pensar que jugar en casa es un problema a la vista de los resultados y las sensaciones que transmite el equipo. Les pesa la responsabilidad de querer agradar, la necesidad de ganar y el objetivo del ascenso directo.
2 Los bandazos de Natxo, cuestionado
Natxo González empezó la temporada con un sistema y una idea clara: el rombo con el que había llevado al Zaragoza a la promoción de ascenso la temporada pasada tras una espectacular remontada en la fase regular.
Sin embargo, en los últimos meses ha variado el esquema táctico y ha intentado adaptar sus propuestas a los rivales, que suelen esperar al Deportivo y buscar el contragolpe, aunque alguno también le ha discutido la posesión.
Tras haber ido rotando en el centro del campo en la primera fase del campeonato, tenía la intención (así lo dijo públicamente) de dar continuidad en determinadas posiciones, especialmente el centro del campo, pero no ha dado resultado.
En las tres jornadas más recientes ha habido vaivenes: Álex Bergantiños, de la titularidad a la grada; Pedro Mosquera, de suplente a jugar de inicio y de ahí, a ser descartado sin pasar por el banquillo; y de tres centrocampistas a doble pivote con el colombiano Didier Moreno como titular por primera vez en su posición natural.
3 Sin ideas, fluidez, gol
El equipo está atascado, el juego no fluye. No encuentra las vías para llegar con claridad a la portería contraria. Ya no es cuestión de falta de puntería como en algunos partidos en el pasado, ahora el equipo no genera ocasiones.
En tres de los cuatro últimos partidos que ha jugado, ha acabado seco, sin gol. En ese tiempo solo le marcó al Alcorcón, lo hizo por partida doble y no le llegó para ganar (2-2).
4 Los jugadores, unos desconocidos
Natxo reconoció tras el partido que sus futbolistas parecen unos desconocidos: “Ves a jugadores que no es normal, todos convendremos en decir, cómo puede ser”. En nada se parecen a los que empezaron LaLiga con solidez y seguridad.
Hay dos excepciones: el portero, Dani Giménez, clave para que el Almería no se llevara los tres puntos en el partido del viernes; y el centrocampista Edu Expósito, que ha aportado lucidez. Se le echó de menos en la primera de las dos citas que se perderá por sanción.
David Simón despliega físico sin acierto por banda, los centrales ya no son tan seguros, Saúl, en su vuelta a la titularidad, ha dejado de aportar profundidad, el centro del campo no genera fútbol, los chispazos de Fede Cartabia son cada vez menos y el Dépor echa de menos los goles de sus delanteros y la productividad que antes le sacaba al balón parado.
5 Fichajes, no refuerzos
Cuando un equipo ficha se suele decir que se ha reforzado. En el mercado invernal, el Deportivo se debilitó. Perdió a un jugador al que se criticaba pero que tenía fútbol y aportaba claridad en ataque, Carles Gil, traspasado a la liga estadounidense, y fichó a un cuarto central (Iñigo López) que llegó con ese rol definido, y un extremo, Matías Nahuel.
Ante la imposibilidad de fichar a Gaku Shibasaki (Getafe) y Unai López (Athletic) con el mercado de enero abierto, optó por quedarse como estaba, prescindiendo de un enganche.
Finalmente, ante las lesiones acumuladas en la parcela ancha, acudió a los jugadores en paro e incorporó a Vítor Silva, un mediapunta veterano y conocido por Natxo (lo tuvo en el Reus) que llegó con la carta de libertad y sin ritmoEl Ideal gallego

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