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martes, 20 de noviembre de 2018

CARTABIA SACA AL DEPOR DE LA NADA. ALMERIA 1 DEPOR 1


A más de mil kilómetros de Riazor, el Deportivo se alejó de ese fútbol del que presume en casa para sacar el físico del que carece. Evidentemente, no estuvo cómodo. Aceptó correr en vez de proponer, se  sintió extraño y estuvo a punto de regresar con la segunda derrota, pero encontró el empate en una individualidad de Fede Cartabia. Premio excesivo a lo que aportó, con buen sabor por cómo se produjo e insuficiente, una vez más esta temporada, para acabar en posiciones de ascenso directo. Como si quisiera evitarlas.

El cuadro herculino sabía que le iba a tocar enfundarse el mono de trabajo en Los Juegos del Mediterráneo, que se convirtieron en ‘Los Juegos del Hambre’ y la lucha por sobrevivir a la batalla en que se convirtió en el partido.

El césped rápido era otra señal de lo que se le avecinaba. El Almería, que llevaba cuatro victorias consecutivas en su estadio, obligó a los de Natxo González a contener más que a atacar, a correr detrás del balón más que a tenerlo en su poder, a renunciar, en definitiva, a las características que le han definido en la mayor parte de los encuentros.

En el centro del campo, un coruñés tiró del Almería hacia la portería de Dani Giménez. A Álex Bergantiños le tocó bailar con su amigo Juan Carlos Real, con el 10 en la espalda de su camiseta rojiblanca. 

El Deportivo se atascó y su pretensión de salir con el balón desde atrás más que darle aire, le generó quebraderos de cabeza, como en un robo que sufrió el capitán a pase de Dani Giménez. No fue ni susto porque este equipo es solidario en el esfuerzo y las vías de agua pronto se tapan. Que se lo digan a Corpas, que vio cómo Domingos Duarte le rebañaba el balón cuando su mente ya estaba pensando en la forma de resolver el mano a mano que iba a tener con el guardameta deportivista.

En ataque, el equipo estuvo apagado, sin saber cómo meter mano al Almería. Llegó a cuentagotas. La primera vez, con 18 minutos ya transcurridos, gracias a un disparo duro de Edu Expósito desde la frontal que repelió René con los puños, sin jugársela con un blocaje que podía haberle salido caro.

Surgieron, de pronto, los centros de Saúl para animar al Deportivo. Quique cazó el primero con la zurda, pero su disparo se fue desviado. A colgar balones también se atrevió Christian Santos, que sirvió uno medido hacia su compañero de delantera. La zaga almeriense interceptó ese esférico y también a Carles Gil en un contragolpe que lanzó Dani Giménez a cinco minutos para el descanso. El valenciano, sin la explosividad de otros compañeros, perdió la posibilidad de disparar y su pase a Quique tampoco habilitó el remate del vallisoletano. El Almería le respondió justo antes de marcharse al vestuario. Marí se repuso de un error previo ante Álvaro García y Saúl también le negó el gol poco después.
Cambios
Natxo González, enfadado desde la banda, intentó adaptarse al guion del partido. Si el plan no había salido con jugadores creativos, tocaba poner músculo en la medular. Se quedaron en el banquillo Carles Gil, tal vez castigado por malgastar la más clara del Depor, tal vez por el costalazo que se había llevado en los primeros minutos, y también Edu Expósito, que tenía una amarilla.

Didier Moreno, destructivo, se situó en la banda derecha, Vicente continuó en la izquierda y Krohn-Dehli asumió la conexión con Quique González y Carlos Fernández. 

El partido, definitivamente, se convertía en una batalla física con el Almería más ambicioso que el cuadro blanquiazul. Saveljich, de cabeza, encontró a Dani Giménez y Duarte volvió a imponerse en el área ante Álvaro García para despejar un centro de Rioja desde la izquierda. 

El encuentro avanzaba con el Deportivo sin fluidez, sin ideas y sin tener capacidad de buscarle las cosquillas al Almería. Nuevo giro de tuerca desde el banquillo. Natxo agotó cambios a 25 minutos para el final. Dio entrada a Fede Cartabia por Vicente Gómez y pasó a Krohn-Dehli a la izquierda. El argentino, aire fresco. 

La entrada de Narváez, cedido por el Betis (tuvo que salir del equipo para dejarle la plaza de extracomunitario a Sidnei), fue más efectiva que la de su paisano del Deportivo Didier Morento. A quince minutos para el final, le rompió la cintura a Bergantiños y encontró la escuadra de la portería de Giménez. Era justo. 

El Deportivo no había ni tirado a puerta en todo el segundo tiempo, solo una vez en el primero. Muy poco. 

Hasta que apareció Fede. Le dieron tiempo, no vio el pase claro, y disparó. Zurdazo y adentro. Aún hubo tiempo para ganar (la tuvo Quique a pase de Christian Santos), pero ganar ya habría sido exagerado.VIA IG.

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