El Deportivo volvió a ganar y volvió a hacerlo con toda justicia por los méritos contraidos en un partido en el que fue creciendo hasta dominarlo en el final. El entrenador deportivista dio continuidad al once que se impuso al Granada y repitió el equipo inicial. El choque comenzó con el conjunto catalán presionando alto al Depor, y los blanquiazules defendiendo sin contemplaciones, con solvencia, sin cortarse a la hora de mandar un pelotazo a las nubes, aunque la idea primigenia siempre es salir jugando la pelota.
Los primeros compases mantuvieron el mismo guión, con el equipo blanquiazul ‘madurando’ el partido. Sin embargo el primero que gozó de una buena oportunidad para marcar fue el Nástic, por medio de Rocha, que con un disparo ajustado tras recoger un rechace en el área coruñesa, enviaba un balón envenenado al que respondía con solvencia Dani Giménez. Corría el minuto quince y el asunto comenzaba a inquietar a Natxo González, que pedía más mordiente, más ayudas, desde la banda del Nou Estadi.
La respuesta del cuadro gallego fue casi inmediata, ya que cuatro minutos después Didier Moreno pudo conectar un buen disparo sobre la meta catalana que se fue por encima del larguero.
El partido se había convertido en un intercambio de golpes, de un área a otra, con los porteros imponiendo, hasta el momento, su ley en sus territorios.
A los veinte minutos el Depor repetía ocasión, esta vez un balón le llegaba a Cárlos Fernández pero no era capaz de levantar la pelota ante la salida del meta local. La jugada, por banda, rápida y certera, no encontraba claridad en los pies del talentoso delantero andaluz.
El Nàstic se adelantó en el marcador con un verdadero golazo. Corría el 27 de la primera parte cuando Tete se sacó un derechazo después de una pérdida del mediocentro deportivista que el cuadro catalán aprovechó para fusilar a Dani Giménez. Nada pudo hacer el arquero gallego para detener un balón que le quitó las telarañas a la escuadra de la portería deportivista. El panorama cambiaba de manera diametral porque los locales se aprestaban a defender el marcador, sumando hombres en la retaguardia y preparándose para jugar a la contra.
Le costó al conjunto coruñés salir del aturdimiento después de encajar el tanto tarraconense pero, poco a poco, volvió a buscar la meta catalana, eso sí, con bastantes dudas y poca capacidad de concretar en las acciones ofensivas.
Y entonces apareció el de siempre. Apareció Quique para, a los 33 minutos, comenzar una jugada con Carlos Fernández, recoger el balón tras el despeje del portero a disparo de Carles Gil y anotar pegado al palo chutando con la punta de la bota. Todo volvía a su orden natural. El Depor respiraba gracias a su ‘pichichi’.
A partir del gol se animó más el cuadro herculino y, de hecho, trenzó un par de jugadas capitaneadas por Carles Gil que se pueden calificar de brillantes por la ejecución. Primer toque, regates, buena disposición de ataque, eso sí, sin definir ante la meta contraria.
Los siguientes minutos, antes del descanso, fueron de intercambio de acciones con más corazón de cabeza para llegar al 46’ con empate en el marcador.
Segunda parte
Los dos equipos saltaron al segundo acto con los mismos jugadores y planteamientos.
A los 52 de partido Carlos Fernández ensayaba sobre la portería de Becerra, un disparo flojo que se perdía por el lateral del área. El encuentro se había vuelto soso, ‘muy de Segunda’, con poco control y mucha fuerza en el medio del campo.
De hecho, se llegó a la hora de juego con la sensación de un choque indefinido, con ambas escuadras sin hilar cuatro pases seguidos y con los dos contendientes esperando su oportunidad para desnivelar el futuro del envite hacia uno u otro bando.
El Girona gozó de una buena ocasión con un disparo de Tete que se marchó fuera y encendió las alarmas, tras tocar levemente David Simón para desviar a córner. A la salida del saque de esquina el Depor esquivó el peligro defendiendo con todos sus hombres.
Justo a la siguiente jugada llegaba la ocasión más clara del Depor en la segunda parte con un cabezazo de Domingos Duarte a saque de falta de Carles Gil que se marchaba alto. Carlos Fernández, en la siguiente acción, pegaba mal la pelota en el segundo remate del equipo coruñés en el segundo tiempo.
Pero el Depor atacaba, por lo menos lo intentaba. Así, en el 68, Vicente, Saúl y Gil triangulaban para que el lateral sirviese a Quique, quien libre de marca anotaba el 1-2. A partir de ahí, los blanquiazules dominaron hasta el final del partido.
Lo peor del envite llegaba con la lesión de Fede Cartabia, que se echaba la mano a la zona del pubis y salía llorando del terreno de juego. Para endulzar el amargo trago, Christian Santos sentenciaba el partido con el 1-3 a centro de Saúl a los segundos de entrar en el campo. Un tanto merecido por juego, por control, por sobreponerse a las adversidades y porque, no hay que olvidarlo, el Depor jugaba, una vez más, lejos de Riazor.VIA IG.
Los primeros compases mantuvieron el mismo guión, con el equipo blanquiazul ‘madurando’ el partido. Sin embargo el primero que gozó de una buena oportunidad para marcar fue el Nástic, por medio de Rocha, que con un disparo ajustado tras recoger un rechace en el área coruñesa, enviaba un balón envenenado al que respondía con solvencia Dani Giménez. Corría el minuto quince y el asunto comenzaba a inquietar a Natxo González, que pedía más mordiente, más ayudas, desde la banda del Nou Estadi.
La respuesta del cuadro gallego fue casi inmediata, ya que cuatro minutos después Didier Moreno pudo conectar un buen disparo sobre la meta catalana que se fue por encima del larguero.
El partido se había convertido en un intercambio de golpes, de un área a otra, con los porteros imponiendo, hasta el momento, su ley en sus territorios.
A los veinte minutos el Depor repetía ocasión, esta vez un balón le llegaba a Cárlos Fernández pero no era capaz de levantar la pelota ante la salida del meta local. La jugada, por banda, rápida y certera, no encontraba claridad en los pies del talentoso delantero andaluz.
El Nàstic se adelantó en el marcador con un verdadero golazo. Corría el 27 de la primera parte cuando Tete se sacó un derechazo después de una pérdida del mediocentro deportivista que el cuadro catalán aprovechó para fusilar a Dani Giménez. Nada pudo hacer el arquero gallego para detener un balón que le quitó las telarañas a la escuadra de la portería deportivista. El panorama cambiaba de manera diametral porque los locales se aprestaban a defender el marcador, sumando hombres en la retaguardia y preparándose para jugar a la contra.
Le costó al conjunto coruñés salir del aturdimiento después de encajar el tanto tarraconense pero, poco a poco, volvió a buscar la meta catalana, eso sí, con bastantes dudas y poca capacidad de concretar en las acciones ofensivas.
Y entonces apareció el de siempre. Apareció Quique para, a los 33 minutos, comenzar una jugada con Carlos Fernández, recoger el balón tras el despeje del portero a disparo de Carles Gil y anotar pegado al palo chutando con la punta de la bota. Todo volvía a su orden natural. El Depor respiraba gracias a su ‘pichichi’.
A partir del gol se animó más el cuadro herculino y, de hecho, trenzó un par de jugadas capitaneadas por Carles Gil que se pueden calificar de brillantes por la ejecución. Primer toque, regates, buena disposición de ataque, eso sí, sin definir ante la meta contraria.
Los siguientes minutos, antes del descanso, fueron de intercambio de acciones con más corazón de cabeza para llegar al 46’ con empate en el marcador.
Segunda parte
Los dos equipos saltaron al segundo acto con los mismos jugadores y planteamientos.
A los 52 de partido Carlos Fernández ensayaba sobre la portería de Becerra, un disparo flojo que se perdía por el lateral del área. El encuentro se había vuelto soso, ‘muy de Segunda’, con poco control y mucha fuerza en el medio del campo.
De hecho, se llegó a la hora de juego con la sensación de un choque indefinido, con ambas escuadras sin hilar cuatro pases seguidos y con los dos contendientes esperando su oportunidad para desnivelar el futuro del envite hacia uno u otro bando.
El Girona gozó de una buena ocasión con un disparo de Tete que se marchó fuera y encendió las alarmas, tras tocar levemente David Simón para desviar a córner. A la salida del saque de esquina el Depor esquivó el peligro defendiendo con todos sus hombres.
Justo a la siguiente jugada llegaba la ocasión más clara del Depor en la segunda parte con un cabezazo de Domingos Duarte a saque de falta de Carles Gil que se marchaba alto. Carlos Fernández, en la siguiente acción, pegaba mal la pelota en el segundo remate del equipo coruñés en el segundo tiempo.
Pero el Depor atacaba, por lo menos lo intentaba. Así, en el 68, Vicente, Saúl y Gil triangulaban para que el lateral sirviese a Quique, quien libre de marca anotaba el 1-2. A partir de ahí, los blanquiazules dominaron hasta el final del partido.
Lo peor del envite llegaba con la lesión de Fede Cartabia, que se echaba la mano a la zona del pubis y salía llorando del terreno de juego. Para endulzar el amargo trago, Christian Santos sentenciaba el partido con el 1-3 a centro de Saúl a los segundos de entrar en el campo. Un tanto merecido por juego, por control, por sobreponerse a las adversidades y porque, no hay que olvidarlo, el Depor jugaba, una vez más, lejos de Riazor.VIA IG.
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