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sábado, 21 de abril de 2018

UN PUNTO QUE SABE A POCO

Los jugadores recibieron aplausos y críticas a la conclusión del choque y Schär se encaró con algunos aficionados  | alfaquí
Los jugadores recibieron aplausos y críticas a la conclusión del choque y Schär se encaró con algunos aficionados | alfaquí
El Depor combatió en Butarque pero vuelve a estar sobre la lona y a punto, si no lo ha hecho ya, de hincar la rodilla, sacar la toalla y admitir que es equipo de Segunda División. Ni la mejor racha de partidos sin perder de la temporada, ni la segunda imbatibilidad consecutiva de Rubén, que por partidos disputados se ha ganado la renovación, han alimentado las opciones de permanencia de un equipo que agoniza. Las matemáticas aún le dan vida, pero el rictus de los jugadores, especialmente de Andone, que salió al césped en los últimos minutos, corroboran que el descenso está cada vez más cerca. 
Después del golpe que supuso la victoria del Levante el jueves en el descuento (una más), el Deportivo volvió a dilapidar ocasiones para sumar un punto insuficiente. Está a seis del Levante y podría acabar a nueve el lunes. El deportivismo ya no sabe si criticar, reprochar, animar o llorar sin más. Hubo reacciones de todo tipo en Leganés cuando los jugadores se acercaron a agradecer el apoyo.
Çolak recuperó la titularidad en los planes de Seedorf y el Deportivo lo agradeció en Butarque. El turco exhibió su capacidad para filtrar pases y conectó sobre todo con Lucas. El técnico también accedió a situar a Mosquera donde le había funcionado, por delante de la defensa, donde Schär mantuvo el puesto pese a la recuperación de Sidnei. Guilherme surgió por la derecha aunque con tendencia al medio, Borges desapareció en la izquierda y el equipo en conjunto firmó, en líneas generales, un prometedor inicio de partido que no rentabilizó por la falta de suerte y precisión.
En diez minutos, el Deportivo podía haber conseguido una renta de dos goles, pero el marcador no se movió por el gafe (cóctel de presión, ansiedad, tensión, infortunio y falta de confianza y acierto) que persigue a Lucas. 
El ‘7’ inició y terminó el primer ataque peligroso de los herculinos a los cinco minutos. Robó en la frontal del área, Adrián continuó la jugada, Çolak asistió con su guante habitual y el de Monelos tardó lo suficiente en rematar como para permitir que la zaga rival le entorpeciera y Cuéllar tapara el remate.
Un par de minutos después, Guilherme emuló a Çolak, dejó a Lucas en un mano a mano  con el portero del Leganés y la opción de asistir a Adrián, pero el delantero buscó portería y encontró la mano derecha de Cuéllar, al que le telegrafió el disparo.
El Deportivo acusó su falta de pegada, que le diezmó la moral. El Leganés lo aprovechó para empezar a inquietarle. A los 18 minutos, Guerrero avisó con un derechazo que no cogió portería y en el ecuador del primer periodo El Zhar puso en evidencia las marcas del Deportivo en una jugada de pizarra, un córner que el centrocampista del conjunto madrileño, ex, entre otros, del Levante, conectó libre en el primer palo. Albentosa tocó lo justo para desviar.
Malas señales para el Deportivo, que se nubló en ataque, donde, eso sí, Lucas volvió a toparse con la realidad con un disparo cruzado que sacó Cuéllar a córner. Adrián esperaba el centro. No lo encontró en esa acción, pero sí en otra que le pasó por delante sin ser capaz de finalizar. Con la afición del Deportivo afinando las gargantas en Butarque, el Leganés estuvo a punto de adelantarse al borde de la media hora. Eraso cabeceó a placer y picado un centro de Diego Rico que se le marchó por encima de la portería de Rubén.
Seedorf dio diez minutos más a los del primer periodo. Con Fede Valverde preparado para entrar, Lucas cogió la espalda a la zaga y sirvió para Adrián, que se quedó solo ante el portero. El árbitro señaló fuera de juego del coruñés, que estaba en posición legal, pero daba igual porque el asturiano tampoco habría sido capaz de materializar la ocasión.
Mosquera fue el sustituido por Valverde. Guilherme retrasó su posición, el uruguayo se situó en la banda izquierda, donde estaba Borges y el costarricense se fue a la derecha. Después, Çolak, con una contusión en un costado que el árbitro no castigó, tuvo que dejar el césped para que entrara Borja Valle. Con el 0-0 y el Deportivo sin opciones, en ataque, el deportivismo pidió la entrada de Florin Andone. Seedorf les correspondió a falta de doce minutos. El técnico se la jugó porque no le quedaba otra. Borges fue el sacrificado. 
El Deportivo acabó con cuatro delanteros, pero poco fue capaz de generar el Deportivo en campo contrario. Sin la lucidez de Çolak y a medida que se fue acabando la gasolina (tres partidos en seis días), el equipo coruñés asumió la cruda realidad de que la mejor serie de resultados de la temporada no ha sido suficiente para engancharle a la lucha por la permanencia. Sigue vivo, pero ya se va asumiendo el descenso a Segunda.VIA  IG.

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