Un total de 31 peñas y medio millar de aficionados blanquiazules llenaron de color las calles de Vitoria. Un masivo desplazamiento que no se vio recompensado en el campo. Los seguidores, testigos de una nueva derrota del Deportivo, despidieron con silbidos a los jugadores herculinos.
“La gente está cansada de la falta de actitud del equipo, de hacer kilómetros, de dejarse dinero, de escuchar en las ruedas de prensa a los jugadores decir que están dispuestos a luchar por esta situación y al final que pase siempre lo mismo”, resumió Ana Guerra, de la peña Chamberí.
La reacción que se vio en la televisión de la grada increpando a los deportivistas al finalizar el choque fue algo ‘generalizado’. “Antes de que acabase el partido la gente ya gritaba ‘jugadores mercenarios’ y se pidió la dimisión de la directiva”, indicó la aficionada, que admitió que tanto el delegado del club, Barros Botana, como el responsable de seguridad, Juan Lagarda, estuvieron allí con los jugadores del Depor y les “empujaron para que fuesen a dar la cara”. Para ella, no fue una reacción en “caliente” y aseveró que es el resultado del sentir general de la grada.
Sin esperanza
Tras este último ‘palo’, Guerra declaró que la hinchada está dejando de creer en que la salvación sea posible: “De esta no salimos”. Además, esta nueva derrota ha provocado que muchos se estén replanteando próximos viajes. Otros, no obstante, después del resultado ante los verdiblancos decidieron no viajar a Vitoria. “Tras la derrota ante el Betis mucha gente se cayó para este partido y vendió su entrada”, apuntó.
Ese desencanto hace que cada vez haya menos ilusión y ganas de hacer cosas en el seno de las peñas: “La gente entra al estadio con ganas de animar pero enseguida te resignas. Tu esfuerzo no es proporcional a lo que ves en el campo”. Aunque es justificada para ella la reacción de la afición, criticó que solo trascendiese eso del masivo desplazamiento. “Se habla de nosotros de una manera que no corresponde, solo importa el morbo y no se enseñan otras cosas”, lamentó.
Pitada ‘unánime’
También vivió en Vitoria una nueva decepción Xabier Palacios, de la peña Djalminha: “La primera parte del partido tuvimos esperanza, pero después ya llegó la frustración y el desengaño”. En lo tocante a la despedida de los futbolistas, remarcó que la pitada fue ‘unánime’: “Nosotros estábamos en la parte alta de la grada visitante y todos los aficionados que se quedaron hasta el saludo increparon a los jugadores”.
Aunque reconoció que “posiblemente en frío te planteas que no es lo mejor, después de la paliza y la pésima segunda parte entiendes que la gente reaccionase así”.
De cara al próximo partido en Riazor, comentó que él “va a recibir bien al equipo” pero avisó que los ánimos están caldeados: “La crispación empieza a ser grande y ayer (por el sábado) un par de veces se cantó el ‘directiva dimisión’”.VIA IG.
“La gente está cansada de la falta de actitud del equipo, de hacer kilómetros, de dejarse dinero, de escuchar en las ruedas de prensa a los jugadores decir que están dispuestos a luchar por esta situación y al final que pase siempre lo mismo”, resumió Ana Guerra, de la peña Chamberí.
La reacción que se vio en la televisión de la grada increpando a los deportivistas al finalizar el choque fue algo ‘generalizado’. “Antes de que acabase el partido la gente ya gritaba ‘jugadores mercenarios’ y se pidió la dimisión de la directiva”, indicó la aficionada, que admitió que tanto el delegado del club, Barros Botana, como el responsable de seguridad, Juan Lagarda, estuvieron allí con los jugadores del Depor y les “empujaron para que fuesen a dar la cara”. Para ella, no fue una reacción en “caliente” y aseveró que es el resultado del sentir general de la grada.
Sin esperanza
Tras este último ‘palo’, Guerra declaró que la hinchada está dejando de creer en que la salvación sea posible: “De esta no salimos”. Además, esta nueva derrota ha provocado que muchos se estén replanteando próximos viajes. Otros, no obstante, después del resultado ante los verdiblancos decidieron no viajar a Vitoria. “Tras la derrota ante el Betis mucha gente se cayó para este partido y vendió su entrada”, apuntó.
Ese desencanto hace que cada vez haya menos ilusión y ganas de hacer cosas en el seno de las peñas: “La gente entra al estadio con ganas de animar pero enseguida te resignas. Tu esfuerzo no es proporcional a lo que ves en el campo”. Aunque es justificada para ella la reacción de la afición, criticó que solo trascendiese eso del masivo desplazamiento. “Se habla de nosotros de una manera que no corresponde, solo importa el morbo y no se enseñan otras cosas”, lamentó.
Pitada ‘unánime’
También vivió en Vitoria una nueva decepción Xabier Palacios, de la peña Djalminha: “La primera parte del partido tuvimos esperanza, pero después ya llegó la frustración y el desengaño”. En lo tocante a la despedida de los futbolistas, remarcó que la pitada fue ‘unánime’: “Nosotros estábamos en la parte alta de la grada visitante y todos los aficionados que se quedaron hasta el saludo increparon a los jugadores”.
Aunque reconoció que “posiblemente en frío te planteas que no es lo mejor, después de la paliza y la pésima segunda parte entiendes que la gente reaccionase así”.
De cara al próximo partido en Riazor, comentó que él “va a recibir bien al equipo” pero avisó que los ánimos están caldeados: “La crispación empieza a ser grande y ayer (por el sábado) un par de veces se cantó el ‘directiva dimisión’”.VIA IG.
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