El Deportivo ha concluido en puestos de descenso un año de contratiempos económicos que ha podido solventar y de un bache deportivo que no ha sido capaz de tapar a pesar de haber mantenido a sus mejores futbolistas, completado fichajes de nivel y recuperando al jugador al que traspasó en 2016 por 20 millones al Arsenal, Lucas Pérez.
En el aspecto deportivo, 2017 ha sido un mal año para el conjunto coruñés, que evitó el descenso en la temporada 2016-17 (certificó la permanencia en la penúltima jornada) y ha llegado a la Navidad nuevamente en una situación comprometida.
Solo ocho victorias
El conjunto coruñés ha disputado 39 partidos en Primera División a lo largo del año y su balance ha sido de ocho victorias, once empates y veinte derrotas. Ha perdido más de la mitad de los encuentros de LaLiga que ha disputado.
Esos resultados llevaron al club blanquiazul a realizar dos cambios de titularidad en el banquillo, pero los problemas deportivos no han desaparecido: empezó el año Gaizka Garitano, que fue despedido en febrero tras encajar un 4-0 en Leganés; lo continuó Pepe Mel, que contribuyó a que el equipo se salvara y, desde finales de octubre, ha asumido las riendas Cristóbal Parralo.
Con Garitano firmó tres empates y cuatro derrotas en Liga en los dos primeros partidos del año (y otras dos igualadas en Copa), con Pepe Mel ganó seis encuentros y empató siete en 24 partidos (11 derrotas), y con Cristóbal, en ocho citas de Liga ha cosechado dos triunfos, un empate y cinco derrotas, mientras que en Copa ganó un partido y perdió otro.
Números similares
Con los guarismos de Mel y Cristóbal en lo que va de temporada, el Deportivo, después de 17 jornadas, está en puestos de descenso con un balance de cuatro victorias, tres empates y diez derrotas que le sitúan en la antepenúltima plaza con los mismos puntos que el Alavés, que marca la frontera con las posiciones que llevan a la Segunda B.
Es el segundo equipo más goleado en Primera División, solo superado por la UD Las Palmas, aunque ha marcado más que otros siete equipos de la categoría.
Y todo a pesar de haber mantenido en la plantilla a sus mejores jugadores, caso de Florin Andone, y haberla reforzado con fichajes de nivel como el de Lucas Pérez, que regresó cedido por el Arsenal, o de Fabian Schär, que en temporadas anteriores había estado en el punto de mira de clubes de un nivel superior, como el Barcelona. Mejor le ha ido al Deportivo en el apartado económico a pesar de que en el pasado mes de marzo una sentencia del Tribunal Supremo le puso en una situación comprometida al darle la razón a la Agencia Tributaria en la disputa que mantenían ambos por la clasificación de casi 22 SEmillones de euros de deuda.
El Supremo determinó que el club tendría que abonar esa cantidad sin quita y antes de 2023, un fallo que iba a hacer más exigente el calendario de pagos de la deuda concursal, pero el club lo contrarrestó con un acuerdo con la entidad financiera Abanca que fue rubricado a finales de junio.
El banco le facilitó un crédito por 45 millones de euros que el club tendrá que afrontar en 15 años y, además, el Deportivo se comprometió a que el estadio de Riazor llevara desde ese momento un apellido comercial y pasara a ser Abanca Riazor, algo que fue posible gracias a que el Ayuntamiento, dueño del campo, dio su consentimiento.VIA IG.
En el aspecto deportivo, 2017 ha sido un mal año para el conjunto coruñés, que evitó el descenso en la temporada 2016-17 (certificó la permanencia en la penúltima jornada) y ha llegado a la Navidad nuevamente en una situación comprometida.
Solo ocho victorias
El conjunto coruñés ha disputado 39 partidos en Primera División a lo largo del año y su balance ha sido de ocho victorias, once empates y veinte derrotas. Ha perdido más de la mitad de los encuentros de LaLiga que ha disputado.
Esos resultados llevaron al club blanquiazul a realizar dos cambios de titularidad en el banquillo, pero los problemas deportivos no han desaparecido: empezó el año Gaizka Garitano, que fue despedido en febrero tras encajar un 4-0 en Leganés; lo continuó Pepe Mel, que contribuyó a que el equipo se salvara y, desde finales de octubre, ha asumido las riendas Cristóbal Parralo.
Con Garitano firmó tres empates y cuatro derrotas en Liga en los dos primeros partidos del año (y otras dos igualadas en Copa), con Pepe Mel ganó seis encuentros y empató siete en 24 partidos (11 derrotas), y con Cristóbal, en ocho citas de Liga ha cosechado dos triunfos, un empate y cinco derrotas, mientras que en Copa ganó un partido y perdió otro.
Números similares
Con los guarismos de Mel y Cristóbal en lo que va de temporada, el Deportivo, después de 17 jornadas, está en puestos de descenso con un balance de cuatro victorias, tres empates y diez derrotas que le sitúan en la antepenúltima plaza con los mismos puntos que el Alavés, que marca la frontera con las posiciones que llevan a la Segunda B.
Es el segundo equipo más goleado en Primera División, solo superado por la UD Las Palmas, aunque ha marcado más que otros siete equipos de la categoría.
Y todo a pesar de haber mantenido en la plantilla a sus mejores jugadores, caso de Florin Andone, y haberla reforzado con fichajes de nivel como el de Lucas Pérez, que regresó cedido por el Arsenal, o de Fabian Schär, que en temporadas anteriores había estado en el punto de mira de clubes de un nivel superior, como el Barcelona. Mejor le ha ido al Deportivo en el apartado económico a pesar de que en el pasado mes de marzo una sentencia del Tribunal Supremo le puso en una situación comprometida al darle la razón a la Agencia Tributaria en la disputa que mantenían ambos por la clasificación de casi 22 SEmillones de euros de deuda.
El Supremo determinó que el club tendría que abonar esa cantidad sin quita y antes de 2023, un fallo que iba a hacer más exigente el calendario de pagos de la deuda concursal, pero el club lo contrarrestó con un acuerdo con la entidad financiera Abanca que fue rubricado a finales de junio.
El banco le facilitó un crédito por 45 millones de euros que el club tendrá que afrontar en 15 años y, además, el Deportivo se comprometió a que el estadio de Riazor llevara desde ese momento un apellido comercial y pasara a ser Abanca Riazor, algo que fue posible gracias a que el Ayuntamiento, dueño del campo, dio su consentimiento.VIA IG.
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