En las ‘islas afortunadas’, al Depor lleva años sonriéndole la suerte. De allí regresa esta mañana con el mejor botín posible, los tres puntos, buenas sensaciones en ataque ante otro rival frágil en defensa, y peores noticias en campo propio. La fortuna ayer fue un infortunio de Las Palmas, la lesión de Jonathan Viera. Hubo un partido antes y después de ese contratiempo para los de Pako Ayestaran, que lleva cero puntos de 18 posibles.
El Depor sigue evidenciando muchos problemas atrás, pero, como decía Mel antes de irse, es mejor corregir cuando los resultados acompañan. De paso, hubo vendetta. Los deportivistas le devolvieron a Las Palmas la goleada copera.
La alineación del conjunto canario fue toda una declaración de intenciones. Creatividad en la línea de tres cuartos de ataque con Viera, Remy y Vitolo; y arriba, el hombre que sentenció al Deportivo en la Copa del Rey, el argentino Calleri, que en Riazor salió en la recta final del choque y tuvo tiempo de marcar dos goles. Antes de que el balón echara a rodar parecía claro que los canarios iban a tenerlo y que a los blanquiazules les quedaba el recurso del contragolpe, aunque también tenían mimbres para tocarlo.
Cristóbal ordenó a sus jugadores presionar arriba, ser valientes y agresivos a la hora de buscar al rival. Lo cumplieron en los primeros segundos, pero esa contundencia, concentración y firmeza defensiva decayó en un abrir y cerrar de ojos. Si al cóctel se le agrega un error del portero, ya están sobre el tapete todos los ingredientes a los que se ha acostumbrado el deportivismo en la gran mayoría de los partidos.
Esta vez fue Pantilimon el encargado de defender el arco. Tyton lo vio desde el banquillo y en casa se quedaron Francis (de vuelta al Fabril) y Rubén (apunta a recibir el alta a la vuelta del parón). Las Palmas tardó cinco minutos en encontrar la vía de agua que explotó en Riazor y a la que suelen recurrir los equipos que se enfrentan al Deportivo. El scouting de los rivales cuando tienen que estudiar a los blanquiazules está estandarizado en la categoría. Los laterales suelen dar facilidades y Sidnei sigue buscándose a sí mismo.
Cinco minutos le llevó al conjunto insular avisar al Depor. Incursión de Míchel por la derecha y disparo al lateral de la red tras tocar lo justo Pantilimon. Del susto a la confirmación pasaron sesenta segundos, los que tardó en fallar Sidnei, en colarse Viera entre él y Luisinho, y en completar el ataque Remy con un caño al guardameta del Depor. El equipo coruñés agradeció la lesión de Viera. La iniciativa pasó al Deportivo.
Fluyó el juego ofensivo
Otra vez por detrás en el marcador, otra vez a sacar el orgullo, otra vez tocaba a rebato. Aparecieron Bakkali y, sobre todo, Fede Cartabia. Lucas se afanaba en la presión (bronca incluida a Valverde). El Deportivo cambió la cara y el partido, también. El equipo empezaba a carburar.
La suerte también quiso que un nuevo error de Pantilimon, esta vez un despeje en un saque de esquina, lo estrellara Vicente en el larguero con una volea (con la portería vacía).
Podía haber caído el segundo antes de la media hora, pero, por suerte, no fue así. El Deportivo, más o menos igual de frágil en defensa, quizás un poco más entonado, era otro en ataque. Guilherme mandó el balón desde campo propio a más de 40 metros. Lo recogió allí Cartabia y acompañó el ataque Borges, que apareció en el segundo palo para cabecear y empatar el choque.
Fueron los mejores momentos del Deportivo en el primer acto. Un pase de espuela de Lucas lo cruzó en exceso Cartabia y llegó el descanso tras un pisotón de Míchel a Bakkali que se quedó en amarilla.
Le dio continuidad al juego el conjunto herculino en la reanudación. Apareció Valverde para tocarla con la espuela, Borges la movió a la izquierda y por allí entró Bakkali para buscar el palo largo, pero Lizoain logró demorar el gol unos segundos. Lucas sirvió el balón desde la esquina y Borges volvió a elevarse en el área para celebrar el segundo tanto del Depor.
Mosquera para cerrar
Cristóbal movió el banquillo para intentar cerrar el partido. Retiró a Valverde, introdujo a Mosquera y adelantó a Borges, el goleador.
El Depor controló el partido y contuvo a Las Palmas, que pidió penalti por una mano de Schär (involuntaria). Del Cerro Grande no pitó esa y sí castigó el derribo de Lemos a Cartabia en el área canaria. Lucas lo ajustó a la izquierda de Lizoain, que lo rozó sin pararlo.
Cristóbal tapó aún más los agujeros con Navarro por Bakkali, aunque Sidnei y Pantilimon volvieron a liar una de las suyas que Calleri no se cobró. El marcador, como pretendía el técnico, ya no se movió. VIA IG.
El Depor sigue evidenciando muchos problemas atrás, pero, como decía Mel antes de irse, es mejor corregir cuando los resultados acompañan. De paso, hubo vendetta. Los deportivistas le devolvieron a Las Palmas la goleada copera.
La alineación del conjunto canario fue toda una declaración de intenciones. Creatividad en la línea de tres cuartos de ataque con Viera, Remy y Vitolo; y arriba, el hombre que sentenció al Deportivo en la Copa del Rey, el argentino Calleri, que en Riazor salió en la recta final del choque y tuvo tiempo de marcar dos goles. Antes de que el balón echara a rodar parecía claro que los canarios iban a tenerlo y que a los blanquiazules les quedaba el recurso del contragolpe, aunque también tenían mimbres para tocarlo.
Cristóbal ordenó a sus jugadores presionar arriba, ser valientes y agresivos a la hora de buscar al rival. Lo cumplieron en los primeros segundos, pero esa contundencia, concentración y firmeza defensiva decayó en un abrir y cerrar de ojos. Si al cóctel se le agrega un error del portero, ya están sobre el tapete todos los ingredientes a los que se ha acostumbrado el deportivismo en la gran mayoría de los partidos.
Esta vez fue Pantilimon el encargado de defender el arco. Tyton lo vio desde el banquillo y en casa se quedaron Francis (de vuelta al Fabril) y Rubén (apunta a recibir el alta a la vuelta del parón). Las Palmas tardó cinco minutos en encontrar la vía de agua que explotó en Riazor y a la que suelen recurrir los equipos que se enfrentan al Deportivo. El scouting de los rivales cuando tienen que estudiar a los blanquiazules está estandarizado en la categoría. Los laterales suelen dar facilidades y Sidnei sigue buscándose a sí mismo.
Cinco minutos le llevó al conjunto insular avisar al Depor. Incursión de Míchel por la derecha y disparo al lateral de la red tras tocar lo justo Pantilimon. Del susto a la confirmación pasaron sesenta segundos, los que tardó en fallar Sidnei, en colarse Viera entre él y Luisinho, y en completar el ataque Remy con un caño al guardameta del Depor. El equipo coruñés agradeció la lesión de Viera. La iniciativa pasó al Deportivo.
Fluyó el juego ofensivo
Otra vez por detrás en el marcador, otra vez a sacar el orgullo, otra vez tocaba a rebato. Aparecieron Bakkali y, sobre todo, Fede Cartabia. Lucas se afanaba en la presión (bronca incluida a Valverde). El Deportivo cambió la cara y el partido, también. El equipo empezaba a carburar.
La suerte también quiso que un nuevo error de Pantilimon, esta vez un despeje en un saque de esquina, lo estrellara Vicente en el larguero con una volea (con la portería vacía).
Podía haber caído el segundo antes de la media hora, pero, por suerte, no fue así. El Deportivo, más o menos igual de frágil en defensa, quizás un poco más entonado, era otro en ataque. Guilherme mandó el balón desde campo propio a más de 40 metros. Lo recogió allí Cartabia y acompañó el ataque Borges, que apareció en el segundo palo para cabecear y empatar el choque.
Fueron los mejores momentos del Deportivo en el primer acto. Un pase de espuela de Lucas lo cruzó en exceso Cartabia y llegó el descanso tras un pisotón de Míchel a Bakkali que se quedó en amarilla.
Le dio continuidad al juego el conjunto herculino en la reanudación. Apareció Valverde para tocarla con la espuela, Borges la movió a la izquierda y por allí entró Bakkali para buscar el palo largo, pero Lizoain logró demorar el gol unos segundos. Lucas sirvió el balón desde la esquina y Borges volvió a elevarse en el área para celebrar el segundo tanto del Depor.
Mosquera para cerrar
Cristóbal movió el banquillo para intentar cerrar el partido. Retiró a Valverde, introdujo a Mosquera y adelantó a Borges, el goleador.
El Depor controló el partido y contuvo a Las Palmas, que pidió penalti por una mano de Schär (involuntaria). Del Cerro Grande no pitó esa y sí castigó el derribo de Lemos a Cartabia en el área canaria. Lucas lo ajustó a la izquierda de Lizoain, que lo rozó sin pararlo.
Cristóbal tapó aún más los agujeros con Navarro por Bakkali, aunque Sidnei y Pantilimon volvieron a liar una de las suyas que Calleri no se cobró. El marcador, como pretendía el técnico, ya no se movió. VIA IG.
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