El entrenador deportivista, Pepe Mel, buscó
ayer ‘refugio’ en el hermético estadio de Riazor para efectuar diversas
probaturas tácticas con su equipo en una sesión matinal a puerta
cerrada.
El test consistió basicamente en un enfrentamiento a noventa minutos con
el conjunto filial blanquiazul; el míster madrileño movió de modo
constante a su plantel, en búsqueda de un once consistente para poner en
liza el sábado ante el Málaga.
El sistema por el que apostó de modo denodado el técnico en la mañana de
ayer fue el 4-2-3-1, con Emre Çolak de enganche y Florin Andone en
punta de lanza, como hombre más avanzado.
Siempre con Lux bajo palos, la defensa podría estar compuesta por Laure,
Arribas, Sidnei y Luisinho, mientras que en el doble pivote de la
medular Guilherme y Mosquera parecen partir con ventaja sobre Álex
Bergantiños y Borges; las bandas serían para Bruno Gama y Kakuta.
Como anécdota, los defensas fabrilistas Nacho Monsalve y Lucas Viña fueron alineados con el primer equipo.
Pepe Mel motivó a sus futbolistas con constantes arengas durante el
partidillo de ayer ante el Fabril, en el que, además de ejercer de
árbitro, hizo un especial hincapié en el juego a balón parado.
El preparador blanquiazul ordenó repetir varias veces las jugadas de
estrategia para corregir errores y potenciar los aciertos del grupo,
aplicables en los partidos.
El mediocentro deportivista Pedro Mosquera, que ya se ejercita con el
equipo desde hace dos jornadas, todavía no ha recibido el alta médica
competitiva para poder ser alineado el sábado; el ‘5’ no se ha resentido
de sus dolencias musculares y tiene muchos boletos para recibir la
autorización médica durante la jornada de hoy. Los dos laterales
blanquiazules Juanfran Moreno y Fernando Navarro fueron los dos únicos
ausentes en la mañana de ayer. Ambos con lesiones musculares —grado I en
el madrileño y I-II en caso del catalán— no participaron con el resto
del equipo. VIA IG
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