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miércoles, 3 de agosto de 2016

LAS NUEVE CARAS NUEVAS DE RIAZOR

Las nueve caras nuevas del equipo formaron para los medios informativos antes de firmar numerosos autógrafos y posar para los selfies con los seguidores deportivistas quintana
Las nueve caras nuevas del equipo formaron para los medios informativos antes de firmar numerosos autógrafos y posar para los selfies con los seguidores deportivistas quintana


Dos meses y medio después de que la Liga finalizara en el estadio de Riazor ante el Real Madrid, las puertas de la bombonera blanquiazul volvieron a abrir para dar la bienvenida a las caras nuevas que ha firmado el club para la temporada 2016-17. Lo hizo con media hora de antelación para que la afición fuera ocupando los asientos de Tribuna Inferior, pero la afluencia de seguidores del Deportivo fue tal que también hubo que habilitar la grada superior. El primer éxito de la temporada.
Hay hambre de fútbol en A Coruña y este Depor ilusiona. Los jugadores accedieron al campo vestidos de calle y en tres vehículos descapotables, se cambiaron en la caseta y salieron al césped de uno en uno, presentados por el speaker y coreados por la afición.
Raúl Albentosa fue el primero. El central confesó que tiene “muchas esperanzas depositadas en este equipo para esta temporada”. Después, los preceptivos toques a un balón que acabó en la grada.
Le sucedió Bruno Gama, que volvía a la que fue su casa hasta que en 2013 tuvo que marcharse al Dnipro ucraniano por las urgencias económicas que pasaba el club. “Es un placer estar aquí. Espero disfrutar con estos aficionados de este año”, deseó.
Tras él, Carles Gil, otro jugador ‘bajito’ para el ataque del Depor. Sintonizó con Riazor. “Es espectacular. Me habían hablado muy bien de la afición, pero lo he comprobado con mis propios ojos. Llevo tiempo imaginando mi gol aquí y tengo ganas de que llegue pronto”, comentó a la grada, que no pudo escuchar las palabras del polaco Przemyslaw Tyton. El guardameta internacional no usó el pie para asistir a los aficionados que esperaban cazar el balón, sino que hizo el saque a distancia con la mano. En las localidades de Riazor, algún niño esperaba el esférico con guantes de portero en las manos y la equipación blanquiazul.
Aún quedaban más opciones para agarrar el cuero. Del túnel de vestuarios salió Borja Valle, que, como buen extremo, lanzó el balón a uno de los laterales. El berciano, natural de la ‘quinta’ provincia gallega, habla “un poquiño” el idioma de la tierra y tiene claro cuál es su objetivo: quedarse en el Depor.
“Estoy muy feliz. Quiero ser uno más. Dar el máximo para que este equipo siga creciendo”, prometió a la parroquia deportivista. Pasó el testigo a Rubén Martínez. El de Coristanco, vestido con una llamativa equipación naranja al igual que Tyton, se congratuló de no tener que hacer las maletas este verano: “Después de casi 20 años fuera este año por primera vez me he quedado en casa y no tengo que salir. Es un sueño cumplido”.
Una bandera brasileña esperaba a Guilherme dos Santos. El centrocampista afirmó sentir “un placer muy grande” por pisar el césped en el que estuvieron sus compatriotas Bebeto, Mauro Silva, Rivaldo, Flávio... “Esta temporada es muy importante para mí”, apostilló.
El turco Çolak salvó los problemas con el idioma: “Forza Depor!”, gritó. El último en salir fue Florin Andone. El delantero, que confesó después estar muy nervioso, más que en un partido, ilusionó al deportivismo: “Esperemos crecer con vosotros, prometemos a la afición mucho trabajo. Les pido que nos apoye. Tenemos que ir de la mano porque podemos hacer un año muy bonito”, comunicó.
En Riazor solo faltó Marlos Moreno para decepción de los que acudieron al campo preparados para recibirle. “Es un jugador espectacular”, apuntaban desde la grada. El tiempo pasó demasiado deprisa.VI IG.

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