No era el escenario, el rival ni el momento propicios para romper la racha de partidos sin ganar en Liga, que se eleva ya a trece. Poco ofreció el Depor en ataque y pagó los despistes en defensa. El equipo salió al Calderón sin renunciar a dar la campanada, pero pensando en el Levante. Ese partido se ha convertido ya en final.
Después de haber reservado a Lucas y a Juanfran, Víctor también pensó en la siguiente cita a la hora de confeccionar el once. Con Navarro apercibido y Luisinho fuera de combate por molestias en la rodilla, el lateral izquierdo fue para Manuel Pablo. El míster conservó el trivote y apostó por el uruguayo Jonathan Rodríguez como referente ofensivo después de dos jornadas descartado por decisión técnica.
Con esos ingredientes, el Deportivo juntó líneas hasta defender con los once jugadores en campo propio. El balón, para el Atlético. El objetivo, estar replegados, no dejar fisuras en la retaguardia y confiar en la velocidad de ‘Jona’. Se tradujo en la posesión en los primeros diez minutos: un 70,5% para el Atlético y un 29,5 para el Depor.
Manuel Pablo, en banda cambiada y con 40 años encima, tenía una misión exigente. Estuvo impreciso en el arranque del choque. El primer saque de esquina a favor de los rojiblancos alertó al deportivismo. Prueba superada sin demasiada dificultad a balón parado ante uno de los mejores estrategas.
Al Depor le intimidó más la segunda opción de estrategia que tuvo el Atlético. Koke ejecutó una falta y Giménez superó a la defensa pero cabeceó fuera.
El Depor, embotellado, resistió hasta el cuarto de hora. Dos minutos después, Filipe colgó el balón, Manuel Pablo tuvo demasiado tiempo para pensar qué hacer, en lugar de desviar con la testa intentó hacerlo con el pie derecho y ahí apareció Saúl como una exhalación, en un acto de fe, para meter la cabeza y batir a Lux. Ahí se acabó el juego replegado del Depor y el toque del Atlético. Cambió el guion porque los madrileños quisieron. Los coruñeses pasaron de dominados a dominadores hasta dejar la posesión en 60-40 en pocos minutos. Eso sí, los de Simeone le perdonaron la vida. Primero, tras un mal pase de Borges a Mosquera que se convirtió en una contra finalizada por Carrasco. Lux cerró las piernas a tiempo y el balón se quedó encajado entre ellas. Antes del descanso, fue Griezmann, el que erró el mano a mano con el guardameta tras beneficiarse de un lío de Arribas. Al tiempo de reflexión, el Deportivo llegaba vivo, aunque con poco bagaje ofensivo: solo un disparo de Borges desde la frontal que no obligó a intervenir a Oblak.
El paso por vestuarios dio al Atlético el balón. Aún no pensaba en el PSV. Carrasco rozó el segundo con un latigazo al larguero desde la frontal y con otro disparo con la derecha que atajó Lux. Manuel Pablo resistió hasta el minuto 57. Tuvo que pedir el cambio por un pinchazo muscular. El veterano capitán dejó su puesto al debutante Róber. Demasiado Atlético para el canterano, que jugó fuera de su demarcación y sufrió. Fue un marrón para el joven deportivista. Rompió el fuera de juego en el segundo gol del Atlético, obra de Griezmann a pase de Koke, y ahí sí el conjunto rojiblanco empezó a pensar en la Champions.
Fede Cartabia tuvo la última oportunidad para meter al Deportivo en el partido, pero su disparo en el segundo palo, que iba dentro, lo interceptó el cuerpo de Saúl. Quedó tiempo para que Jonathan Rodríguez dejará patente su explosividad: corrió, sentó a Giménez y puso la rosca a un metro del poste de Oblak. Sin gol.
En la otra área, un pase bombeado entre líneas desnudó de nuevo a la defensa del Depor con un desmarque de ruptura de Correa, que sentenció el partido y también dejó tocada la rodilla derecha de Lux. Con los tres cambios hechos, el portero aguantó como pudo, igual que el equipo, que encadena trece partidos sin ganar en Liga y que tampoco le complicó a Oblak el récord de Liaño. El foco, desde ya, en el Levante, partido decisivo. Final.VIA IG.
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