Es un hecho que se repite semana tras semana
últimamente, sobre todo en los partidos disputados en el estadio de Riazor. Una
paradoja nos está ocurriendo en estas fechas (en especial en 2016, que
contraviene las máximas del fútbol: el jugar mejor que el rival suele conseguir
victorias y con ello puntos en el casillero, pero no en nuestro caso.
Veníamos de una derrota en casa con el
Villarreal en el último minuto del descuento tras ser bastante superior al
submarino amarillo, y un empate en el
último minuto también contra el Valencia tras haber dominado todo el
partido, y ayer se pudo ver algo parecido ante un rival que si es cierto que
propuso más que los dos anteriores equipos, pero se vio desbordado en gran
parte del encuentro por el equipo deportivista.
Volvía Cani al once inicial (buen partido)
después de una lesión, así como Manu en vez del sancionado German Lux y
salieron los dos equipos a cara descubierta, en un intercambio continuo de
golpes en los que los ataques brillaban a la contra, y las defensas sufrían
cada transición. Las dos escuadras realizaban una intensa presión en la salida
del balón para robar e intentar salir a la contra.
Y de esta manera surgió el contragolpe firmado
espectacularmente por Quini, que metió un pase en profundidad para que Miku
adelantara al equipo rayista. A partir de aquí el Deportivo intentó subir una
marcha más en la presión y gracias a ello firmó una gran contra en la que Luis
Alberto se inventó un pase de exterior medido a los pies de Lucas, que volvió a
definir perfectamente y llevaba el empate al marcador.
Siguió el Deportivo con ese estilo de juego de
intensidad, toque y distribución rápida del balón que tan buenos resultados les
está dando, hasta que un error de magnitudes considerables por parte de Manu
(estuvo correcto en el resto del partido) se convirtió en el segundo gol del
equipo visitante. Cedió incomprensiblemente a Miku, en vez de a Mosquera, el
cual encaró la portería y cedió a Jozabed (en fuera de juego por milímetros)
que marcó a puerta vacía.
Desde aquí hasta el final de la primera parte
el equipo local llevó el control del partido estando el Rayo en su campo gran
parte del tiempo. Y más de lo mismo en la segunda parte, con llegadas
explosivas y continuas de nuestro ataque que la zaga del rayo despejaba como
podía hasta que tras una gran parada del portero y un despeje de la defensa fue
a dar con el balón a los pies de Fajr que marcó un golazo espectacular por la
escuadra llevando el delirio a la parroquia deportivista. Y aún hubo más, una
troma de juego con el Rayo desaparecido que se tradujo en claras ocasiones de
Lucas, Luis Alberto, Fajr, y en las cuales nos faltó acierto. A partir del
minuto 30 de la segunda parte, la gasolina empezó a flaquear y el Rayo volvió a
acercarse a la portería deportivista aunque sin mucho peligro.
Personalmente, yo disfruto con este equipo y
considero que podemos optar a metas elevadas (por juego más que por puntos).M.L.M
FORZA DEPOR
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