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jueves, 30 de abril de 2015

CASI HUNDIDOS

Toché, que entró en la segunda parte, poco pudo hacer para arreglar el desaguisado   alfaquí
Toché, que entró en la segunda parte, poco pudo hacer para arreglar el desaguisado alfaquí

El Deportivo recibió un sonoro correctivo anoche de ayer. Un mazazo para sus seguidores, que quemaron las redes sociales reclamando a los jugadores más ‘testiculina’ y que supuso un significativo paso atrás para los intereses herculinos.
El equipo salió al terreno de juego dormido. Con poco o ningún espíritu. Cuando se dio cuenta ya perdía. Uno de los grandes males de este plantel, entrar a la primera o segunda parte sin tensión, pareció reproducirse a la perfección en los primeros compases del encuentro en el Martínez Valero.
Al primer minuto ya había creado peligro el conjunto local y sacaba un córner tras una jugada de ataque. En el 6 llegaba el 1-0. Damián Suárez, que no es Messi ni mucho menos, se deshacía de Luisinho, Juan Domínguez y Sidnei, ganando la línea de fondo, y centraba al corazón del área para que Jonathas rematase entre tres defensas. El 1-0 fue como un directo que noqueó al Deportivo. Recordó al de otras tardes, cuando recibía golpes sin contestar.  
Siguió jugando el Elche casi a placer. Dominando la pelota y sin que el equipo coruñés le incomodase. Solo tuvo una jugada aislada de Cavaleiro que acabó con un injusto fuera de juego.
En el 18 un penalti inexistente ponía las cosas más complicadas. Roco era marcado por Lopo, fingía una caída y el colegiado ‘picaba’ como un novato. Lombán situaba el 2-0 en el marcador. El primer remate del Depor llegaba a la media hora, por medio de Oriol Riera, pero se marchaba sobre la meta del Elche. El primer periodo finalizó con el conjunto ilicitano atacando y dominando. En el 33 Lombán saboreaba el ‘casi, casi’ en un remate de cabeza y en el 37 volvía a rozar el tanto, esta vez de lanzamiento de falta. El Depor, desquiciado, no era capaz de salir del embrollo. El descanso llegó como un alivio.
El equipo coruñés tenía que intentarlo, aunque el tanteador hacía presagiar lo peor con un Elche dominador que se preparaba para hacer daño a la contra. Los coruñeses salieron atacando, con un remate de Oriol Riera y otra ocasión en un cabezazo que se iba fuera. Pero el daño estaba hecho y el Depor se preparaba para pagar la pifia de primera parte.
En el minuto 53 Pasalic hacía el 3-0 rematando un balón que Lopo no era capaz de despejar. Era la sentencia, y con más de media hora por delante. A estas alturas del partido el deportivismo, cabreado como en pocas ocasiones, veía cómo el Martínez Valero hacía la ola a los suyos, para escarnio del Depor.
Todo estaba perdido. No es esta escuadra dotada en nervio. El equipo intentó un par de acciones más pero ya no tuvo ni suerte a la hora de rematar. Sirva el ejemplo de un balón centrado por Luisinho que el meta del Elche despejaba con la ayuda del larguero. Era el minuto 70, pero aún faltaban más golpes.
En el 78 llegaba una doble ocasión del Elche, en el 84 Rodrigues se encontraba la respuesta de  Fabricio para impedir el gol y en el 90, en una contra muy clara, el portugués repetía acción de ataque, pero esta vez conseguía anotar el 4-0 para certificar la holgada victoria ilicitana.
El conjunto blanquaizul recibió un castigo severo, pero justo. No se le puede poner ni un pero a la victoria local. Si no hubiera marcado el 2-0 de penalti a buen seguro lo habría conseguido de otra manera. Lo que es evidente es que el conjunto de Víctor entregó el choque al principio y, cuando se dio cuenta, ya estaba todo perdido, ya no se podía hacer nada más que caer dignamente. Ni tan si quiera pudo perder el Deportivo de esta manera, quedando tocada su imagen en el tramo decisivo de la Liga.
El partido de ayer es como el de Valladolid de hace dos años o Gijón hace cuatro. Había que ganar y no se ganó. Veremos si el desenlace es el mismo. El encuentro ante el Villarreal se ha convertido en definitivo.
VIA IG.

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